Demetrio Madrid, ex presidente de Castilla y León, será juzgado el 8 de marzo
El ex presidente de la Junta de Castilla y León Demetrio Madrid será juzgado el próximo día 8 de marzo por el pleno de la Audiencia Territorial de Valladolid, en funciones de Tribunal Superior de Justicia de la citada comunidad autónoma, acusado de un presunto delito contra la libertad y la seguridad en el trabajo. El fiscal solicita tres meses de arresto y una multa de 300.000 pesetas porque considera que la actividad política de Demetrio Madrid le hizo descuidar la dirección de la empresa Pekus, de la que era propietario.
La acusación particular pide para Madrid cinco meses de arresto y 390.000 pesetas de multa mientras que la defensa, que rechaza. las versiones que de los hechos realizan el fiscal y la acusación, solicita la absolución del político.Demetrio Madrid fue elegido diputado por Zamora en la primera legislatura, en 1977, y reelegido en los dos comicios siguientes, hasta que en mayo de 1983 fue nombrado presidente de la Junta de Castilla y León. Junto con él serán juzgados también su hijo Adolfo, que en 1984 llegó a ser secretario del alcalde de Zamora, y Esteban Cisneros, socio de Madrid en la empresa Pekus hasta 1981 El fiscal solicita para cada uno de ellos penas de dos meses de arresto, la acusación pide tres meses, y la defensa, la absolución.
Según el fiscal, a mediados de 1978 Demetrio Madrid contrató a Cisneros como encargado de Pekus, sociedad radicada en Zamora y dedicada a la fabricación de géneros de punto. En 1983, Cisneros abandonó la empresa con otros cuatro trabajadores, creando otra industria similar por su cuenta, aunque continuó haciéndose cargo de Pekus de forma nominal, dado el desconocimiento en la materia de Adolfo Madrid, al que su padre había dado poderes.
Situación de la empresa
La situación de la empresa fue empeorando y, de acuerdo con las trabajadoras, se incoó un expediente de regulación de empleo. El problema se agravó al cabo de seis meses, debido a que la maquinaria había que dado anticuada y los gastos mensuales suponían 1,5 millones de pesetas, que la empresa, prácticamente en la ruina, no podía afrontar.
Según el relato del fiscal, para no dañar la imagen política de Demetrio Madrid y para evitar el pago de las cantidades que pudieran corresponderle por salarios y despidos, padre e hijo decidieron ceder la empresa y el local a Cisneros, pero como éste carecía de bienes no podía hacerse cargo de las responsabilidades económicas.
De acuerdo con la documentación, Cisneros pagó 2,2 millones por la empresa y el local, pero no hizo nada para reactivarla, pues ni siquiera llevó materia prima. Como titular de la empresa, fue dando vacaciones a las operarias y finalmente las despidió.
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