Una juez abre el camino a la mujer
La primera decisión judicial sobre la preferencia de las primogénitas sobre sus hermanos varones en la sucesión nobiliaria correspondió tomarla precisamente a una mujer, Begoña Fernández, titular del Juzgado de Primera Instancia número 1 de Madrid, que el 16 de febrero de 1988 desestimó la demanda interpuesta por el Jefe de la Casa Real, Nicolás Cotoner y Cotoner, marqués de Mondéjar, que disputa el marquesado de Agrópoli a su actual titular, Carmen Sonsoles Melgar y Macías.En los fundamentos jurídicos de su sentencia, la juez aplicó la nueva doctrina del Tribunal Supremo sobre la abrogación de la preferencia del varón sobre la mujer por inconstitucionalidad sobrevenida. Para que no quedaran dudas, especificó que no son aplicables a las sucesiones nobiliarias "las normas de sucesión establecidas para la Corona (artículo 57 de la Constitución), por tratarse", dijo, "de un orden sucesorio constitucional, reservado exclusivamente a la Corona como institución pública y constitucional y no extensible a los particulares".
Con similar rotundidad se pronunció Julio Márquez de Prado, titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Córdoba, quien el 21 de marzo de 1988 desestimó la demanda de Fernando Bertrán de Lis y Baillo contra Patricia Bertrán de Lis y Pidal, en disputa del condado de Retamoso.
El juez Márquez de Prado declaró en su sentencia: "Toda preferencia del varón sobre la mujer ha de estimarse discriminatoria y, en consecuencia, abrogada por inconstitucionalidad sobrevenida ( ... ), por lo que debe concluirse afirmando q je en los títulos nobiliarios se sucede con arreglo a los principios de primogenitura y representación, con preferencia de la línea anterior y en caso de igualdad de línea y grado, el de más edad prefiere al menor".
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