Cólera tras el accidente
Es difícil rebatir el argumento del Gobierno estadounidense de que anunciar todas las amenazas de atentados provocaría el pánico entre los viajeros y pondría en manos de los terroristas el poder de cerrar la aviación internacional telefoneando de cuando en cuando para anunciar la colocación de bombas en los aviones.En la medida en que hay pautas por las que los servicios secretos pueden distinguir entre amenazas de bomba falsas y verdaderas, tiene sentido seguir una política general de silencio. Que antes se hayan hecho públicas las amenazas contra el tráfico aéreo internacional indica que esas pautas existen. No parece razonable pedir al Gobierno que haga más de lo que exige su política actual.
26 de diciembre
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