Un atentado, posible causa del derribó del "jumbo"
Expertos en aviónica, pilotos y servicios de información eran unánimes ayer en atribuir casi con seguridad a un atentado el desastre aéreo producido la noche anterior en Escocia, cuando un Boeing 747 con 258 ocupantes cayó sobre el pueblo de Lockerbie. A las víctimas del aparato se sumaron otros 17 habitantes de la localidad y se temen aún más muertes escocesas. El embajador de Washington en Londres confirmó anoche que había sido advertido el pasado día 9 por el Departamento de Estado norteamericano sobre la eventualidad de un atentado en un vuelo de Pan Am. Una azafata española se encontraba entre la tripulación.
RICARDO M. DE RITUERTO, .Un portavoz de la compañía Pan Am anunció ayer en Nueva York que entre los 16 miembros de la tripulación se encontraba la azafata española Nieves Larracoechea Asumendi, de 39 años y con domicilio en Madrid.La Embajada norteamericana en Finlandia también había sido avisada sobre la intención de colocar una bomba en un avión con destino a EE UU. Según el portavoz de Pan Am, la aerolínea, una vez conocidas las amenazas había tornado "de inmediato medidas suplementarias de seguridad, no sólo en Franckfort sino en todo el mundo". El portavoz no precisó al respecto y se limitó a indicar que "por motivos de seguridad", la compañía "no hace circular públicamente" las advertencias que recibe.
El ministro británico de Transportes, Paul Channon, compareció en la Cámara de los Comunes para informar oficialmente del más grave accidente aéreo registrado hasta la fecha en el Reino Unido. Channon anunció que se habían encontrado las dos cajas negras del aparato y advirtió que "todavía es muy pronto para extraer ninguna conclusión sobre las causas de este terrible desastre.
Expertos británicos y norteamericanos trabajan con las cajas negras en busca de pistas que den solidez a la teoría del atentado. Según la información oficial, "dos minutos después del último contacto por radio, el controlador de la estación de seguimiento de Prestwick observó la desaparición de su pantalla de la señal de radar que identificaba al aparato" y al poco tiempo se produjo el impacto contra tierra.
Este detalle y los testimonios de algunos testigos de que el avión había estallado en el aire hicieron a los expertos ser más taxativos. Freddie Yetman, de la Asociación Británica de Pilotos de Líneas Aéreas, dijo que sólo un atentado o un problema estructural podían destruir el jumbo. "La posibilidad de un fallo estructural es demasido remota para ser considerada", añadió. Rodney Willis, director de seguridad de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), lo atribuyó a un atentado basándose en tres argumentos: la naturaleza catastrófica del accidente, con la súbita pérdida de comunicación por radio; la rapidez con que el aparato llegó al suelo, y los relatos de algunos testigos. David Kyd, otro portavoz de la IATA, dijo que el suceso del miércoles tenía "un extrafío parecido" con lo ocurrido en 1985 a unjumbo de Air India, que estalló en el aire cerca de la costa irlandesa, presuntamente por la explosión a bordo de una bomba colocada por extremistas sijs.
Las medidas de seguridad fueron reforzadas ayer en varios aeropuertos europeos, y el de Roma permaneció cerrado durante varias horas a causa de una amenaza de bomba contra un avión británico.
El departamento de Estado norte americano confirmó ayer que una llamada anónima había advertido en la embajada en Helsinki de la posibilidad de poner una bomba en un avión de la Pan Am que despegara del aeropuerto de Francfort, informa Francisco Basterra desde Washington. La información, según Washington, fue pasada a las embajadas norteamericanas y líneas aéreas.
Fuentes de los servicios de información británicos estiman que el artefacto explosivo pudo muy bien haber sido introducido en el avión a través de los equipajes facturados en Francfort, donde embarcó un número todavía sin determinar de soldados estadounidenses, a los que se considera el principal objetivo del posible ataque. El equipaje de estos viajeros fue colocado en contenedores sellados y transferido más tarde al jumbo siniestrado. "Navidad es una época en la que se producen más errores humanos', dijo un experto en seguridad. 'Nunca hay la certeza absoluta de la plena seguridad".
Advertencia de Arafat
Hace unos días, Yasir Arafat advirtió a diplomáticos reunidos en Ginebra sobre la posibilidad de que algún grupo intentara boicotear la apertura de negociaciones entre la Organización para la Liberación de Palestina y EE UU. Ariel Merari, un profesor israelí especializado en el fenómeno terrorista, dijo ayer que los datos de que se disponía apuntaban a un grupo palestino radical, pero el británico Paul Wilkinson, uno de los expertos mundiales en terrorismo, se mostró partidario de no estrechar el cerco sólo sobre los palestinos.
Un a llamada telefónica recibida en la delegación de la agencia UPI en Londres se atribuyó el atentado en nombre de los Guardianes de la Revolución Islámica, que dijeron vengar así el derribo norteamericano el pasado mes de julio de un avión iraní sobre el golfo Pérsico. Merari cree poco probable que Irán, empeñado en una apertura a Occidente, fuera a patrocinar un ataque de esas cacterísticas. [El primer ministro iraní, Husein Musavi, negó cualquier vinculación de su país en la catástrofe y presentó sus condolencias a las familias de las víctimas, informa Efe].
Entre los ocupantes del avión se encontraba Bernt Carlsson, cormisario de la Naciones Unidas para Namibia, lo que llevó también a especular con una posible conexión africana. Horas antes había partido para Nueva York, en otro vuelo de Pan Am, el ministro surafricano de Exteriores, Roelof Botha.
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