La CE propone la prohibición en la práctica del "leveraged buy out"
La Comisión Europea aprobó ayer un texto de directiva, a proponer al Consejo de Ministros de la CE, en el que se fija un código de conducta para las ofertas públicas de adquisición de acciones (OPA). La normativa prevé la creación de una autoridad de control en cada país comunitario, que velará por el cumplimiento de las reglas del gran juego financiero de moda en Europa. Los intentos de toma de control de una empresa tendrán que hacerse públicos, y quien compre un tercio de las acciones de una sociedad estará obligado a lanzar una OPA por el total del capital. Esta supresión de las OPA parciales está justificada en garantizar a todos los accionistas el derecho a beneficiarse de la revalorización de sus títulos.
En el año de la explosión de las OPA en Europa, la actual Comisión Europea ha querido, como punto final a su mandato, estar a la altura de las circunstancias. La de ayer es una decisión histórica, dirigida a "la adaptación del derecho de sociedades a la escala del gran mercado de 1992".El objetivo de la Comisión es crear las condiciones de "transparencia, lealtad de las transacciones e igualdad de oportunidades en la utilización de los métodos financieros y bursátiles dentro del contexto de las operaciones de reestructuración y del reagrupamiento industrial para adaptarse a la dimensión del mercado único" de 325 millones de consumidores europeos.
En una lectura de urgencia, diversos expertos consultados estimaron que la nueva norma va destinada a favorecer la compras de empresas, defender los derechos de los accionistas y evitar las operaciones especulativas que han puesto de moda tiburones del estilo de los estadounidenses Carl Icahn o Thomas B. Pickens.
El articulado recoge la creación de una autoridad de control en cada país de la CE, que velará por el cumplimiento de la normativa, aunque tendrá facultad para apreciar las condiciones especiales de cada caso. Esa autoridad puede ser confiada a un organismo privado "a cambio de que el Estado miembro le confiera el poder suficiente para hacer respetar la normativa", según precisaron fuentes de los servicios comunitarios que han elaborado el texto.
Contra la especulación
La propuesta de directiva establece la obligatoriedad de lanzar una OPA sobre la totalidad de las acciones de una compañía a la que se haya adquirido un tercio de su capital. La prohibición de las OPA parciales -destinadas a obtener una minoría de control o la mayoría simple- se justifica en la necesidad de impedir operaciones especulativas, de recalentamiento del valor de los títulos, con el simple fin de obtener beneficios en la operación. De esta forma, además, serán todos los accionistas quienes tendrán garantizada la posibilidad de beneficiarse de la revalorización de las acciones a consecuencia del intento de compra.
Las OPA, a juicio de la Comisión, son un mecanismo positivo para que los grandes grupos europeos adquieran mayor dimensión de mercado. Quien lance una OPA estará obligado a dar publicidad de sus intenciones a la autoridad de control y a los empleados de la sociedad deseada. La condición previa le que han de tener suficiente capacidad financiera como para comprar la totalidad de la sociedad se ve compensada con la supresión de medidas defensivas, conocidas como píldoras envenenadas, contra el invasor. En la práctica, el texto prohíbe el recurso al leveraged buy out (LBO) o compra por los directivos de una en ¡presa de fuertes paquetes de acciones para impedir el contro extraño.
Esta opción acarrea en la prácta un fuerte endeudamiento para la empresa, que hipoteca así sus beneficios futuros o se vea obligada a la venta por apartamentos, consecuencias similares a la acción de los especuladores.
El consejo de administración de una empresa tampoco podrá prooceder a ampliaciones de capital para diluir el porcentaje de quien lance una OPA. Esta facultad está exclusivamente reservada a la junta general de accionistas, que deberá iguaImente dar su autorización expresa en los supuestos en que haya delegado en el consejo la facultad de proceder a emisiones.
La propuesta de directiva es un texto salomónico, fruto de numerosas consultas con las autoridades de los países comunitarios y con los círculos financieros.
El proyecto se asemeja a la práctica británica, pero en el Reino Unido el modelo vigente es voluntario. Para evitar posibles bloqueos a la aprobación de la norma, la Comisión prevé interpretaciones flexibles y la posibilidad de que cada Gobierno pueda rebajar el umbral crítico del tercio del capital para lanzar una OPA.
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