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George Bush sugiere una nueva estrategia para afrontar la billonaria deuda del Tercer Mundo

Francisco G. Basterra

George Bush ha anunciado que revisará la actual estrategia hacia la del Tercer Mundo, reconociendo su compomente político pero sin aceptar el perdón de los actuales créditos. El presidente electo, en su primer comentario público sobre el tema, ha dicho que su administración tendrá como una de sus prioridades la revisión del plan Baker (crecimiento y privatización de las economías a cambio de nuevos créditos) con el que hasta ahora Estados Unidos se ha enfrentado, sin éxito, a una deuda que asciende a 1,3 billones de dólares.

Bush, que asumirá la presidencia el 20 de enero, anunció en Washington que es partidario de una visión "completamente nueva" de la deuda y de los países dedudores, que deberá tener en cuenta los "enormes problemas, especialmente en Latinoamérica" que está creando. El presidente electo es sensible al peligro de desestabilización política para varias democrascias del sur de este continente, que debe más de 400.000 millones de dólares, si no se desactiva esta bomba de la deuda. El problema ya no sólo es económico sino de seguridad nacional para EE UU. Pero Bush dejó también claro que no cabe esperar un giro dramático en el tratamiento de la deuda, sino más bien una reorientación de la política existente.

Actitud de la banca

"Creo que tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de perdonar deuda porque los bancos cuyos créditos serían condonados no prestarían más. Tenemos que buscar una respuesta más versátil que simplemente obligar a las instituciones privadas a dar por perdida la deuda".Fuentes del Tesoro y de la nueva Administración advirtieron ayer que las palabras de Bush reflejan un cambio paso a paso y evolutivo de la actual estrategia, no un planteamiento radical. La presidencia de Bush continuará insistiendo en los mismos principios básicos de Reagan: que los países del Tercer Mundo deben reformar sus economías y crecer; que se procederá caso por caso y mediante acuerdos voluntarios.

Bush reconoció que la banca comercial "no ha estado prestando tanto como podría". El presidente electo, admitiendo que el problema de la deuda no sólo es técnico, dijo que la revisión de la política norteamericana implicará no sólo al Tesoro sino también a los funcionarios que se ocupan de la Seguridad Nacional.

James Baker, el hombre que diseñó el plan que lleva su nombre con el que la Administración Reagan ha afrontado la deuda , el Tercer Mundo, será el secretario de Estado de Bush y pieza clave en la nueva estrategia sobre la deuda. Su plan ha conseguido, en líneas generales, que los países deudores restructuren sus economías a costa de grandes sacificios sociales, pero la banca privada no ha respondido aumentando el nivel de créditos.

El nuevo secretario del Tesoro, Nicholas Brady, que ha sutituido a Baker en ese puesto, ha iniciado ya un estudio para revisar la estrategia de la deuda y estimular a los bancos a reducir voluntariamente el valor de sus créditos con los países dedudores.

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