Dos años de tira y afloja

En abril de 1987 el Ministerio de Cultura confirmaba haber mantenido contactos con el barón Hans Heinrich Thyssen para eventuales préstamos en depósito temporal de una parte importante de los 1.600 cuadros que componen su colección.

El grueso de la colección del barón está alojado actualmente en Villa Favorita, la residencia de los Thyssen en Lugano, y el Gobierno del cantón suizo de Ticino se mostraba remiso a aportar los casi 3.000 millones de pesetas necesarios para la ampliación de la villa. Ante la ofensiva española, las autoridades suizas cedieron, y en junio de 1987 se comprometieron a financiar las obras de Villa Favorita.

A finales de 1987 la balanza parecía inclinarse del lado suizo y alejarse de España. Después surgieron muchos novios. La Fundación Getty fue la primera candidata, a la que siguieron Japón, las ciudades alemanas de Stuttgart y Bonn apoyadas por el canciller Kohl, París, y el Reino Unido.

La postura de la baronesa Thyssen, favorable a la solución española, fue decisiva. El impasse se rompió al decidir el consejo de la familia Thyssen que cualquier negociación pasaría por una solución temporal. En marzo de 1988 el barón Thyssen propuso formalmente al Gobierno español trasladar parte de su colección a España por un período no inferior a 10 años. El 7 de abril el barón y el ministro de Cultura, Javier Solana, firmaron el acuerdo de bases para instalar 775 cuadros en el palacio de Villahermosa de Madrid, cercano al Prado, gestionados por una fundación presidida por Thyssen y con representación española. El acuerdo también incluye las 75 obras de arte antiguo y religioso que se ceden al monasterio de Pedralbes (Barcelona). Después trascendieron los detalles económicos.