El juez mantiene en prisión al sospechoso del asesinato de Palme
La situación del detenido como presunto autor del asesinato de Olof Palme -un hombre de 41 años- se agravó tras el primer día de interrogatorios y confirontación con testigos, de tal manera que el fiscal de la nación, Axel Morath, decidió su mantenimiento en prisión. La búsqueda de un arma de grueso calibre similar a la que produjo la muerte de Palme podría ser decisiva para la suerte del detenido y para el esclarecimiento del caso. El arma que, según los investigadores, poseía el sospechoso no fue encontrada en el registro que la policía efectuó en su domicilio. Sí se encontraron, en cmabio, cuchillos y munición correspondiente a un arma de ese tipo.Los investigadores han sido muy parcos en proporcionar información a la Prensa, y sólo fue leído el breve comunicado en el que se expresa la decisión de mantenerlo detenido como probable sospechoso del crimen. El hombre ha negado hasta el momento toda participación, y sigue siendo interrogado.
El sospechoso fue interrogado en dos oportunidades tras el atentado, más que nada en razón de sus antecedentes. Psicónata, alcohólico y adicto a las drogas duras, sus conocidos coinciden en señalar su carácter violento y agresivo, lo que, por otra parte, está ampliamente corroborado por sus antecedentes.
Cuando tenía 23 años tuvo un incidente casual, en la Navidad de 1970, en un lugar céntrico de Estocolmo cercano a donde se produjo el atentado a Palme, que el hombre finalizó hiriendo de muerte con una bayoneta a su ocasional contrincante. Tras la acción, huyó, curiosamente, por el mismo lugar por donde lo hizo el autor del disparo que costó la vida a Palme. Cuando fue detenido, dos días después, negó las acusaciones, pero el hallazgo del arma fue concluyente para su procesamiento. Entonces admitió que había perdido el control de sus actos cuando había sido empujado por el hombre al que dio muerte. Fue condenado y recluido en un centro de tratamiento psiquiátrico. A partir de entonces su carrera delictiva adquirió un sesgo más grave y fue sucesivamente condenado en diferentes oportunidades por agresiones de diversa entidad.
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