Mitterrand se reúne en Checoslovaquia con disidentes y defiende la 'primavera de Praga'
El presidente de la República Francesa, François Mitterrand, concluyó ayer una visita oficial a Checoslovaquia que ha sido una firme y constante expresión de apoyo a la oposición democrática y a los ideales reformistas de la primavera de Praga.
Ante los más directos responsables de la represión que siguió a la invasión del Pacto de Varsovia en 1968 -el jefe del Estado, Gustav Husak, y el jefe del partido comunista, Milos Jakes-, Mitterrand elogió el frustrado proyecto de reforma de Alexander Dubcek en una cena oficial en su honor.En un discurso que no pudo sino causar gran malestar a la cúpula del régimen comunista ortodoxo, el presidente francés, flanqueado en la mesa por Husak y Jakes, habló del "prestigio moral" de los reformistas y elogió los "hechos y personas que en nuestros ojos ilustran los valores en los que creemos".
El órgano oficial del partido, Rude Pravo, publicó ayer íntegro el discurso de Mitterrand. Es la primera vez que un medio oficial publica una valoración positiva de la primavera de Praga. Las autoridades checoslovacas han autorizado, por primera vez también desde 1968, una manifestación independiente a favor de los derechos hurnanos convocada para hoy por Carta 77 y otros grupos disidentes.
Han sido decisivos para este insólito cambio de actitud del régimen tanto la presencia de Mitterrand como la reciente visita a Praga del dirigente soviético Alexander YakovIev, que, según fuentes diplomáticas de Praga, instó a la dirección checoslovaca a poner fin a la oleada represiva contra a oposición lanzada hace varios meses. También el hecho de que el huésped francés sea hoy anfitrión en París de un acto de conmemoración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, con asistencia de disidentes de varios países del Este, parece haber inducido a las autoridades de Praga a abandonar su actitud represiva de los últimos meses.
Ayer, Mitterrand comenzó su jornada con un encuentro con ocho destacados disidentes y firmantes de la Carta 77 y del Comité de Defensa de los Injustamente Perseguidos (VONS), encabezados por el dramaturgo Vaclav Havel. Éste se mostró después profundamente satisfecho por la reunión, la primera que se celebra entre un jefe de Estado occidental y la perseguida comunidad disidente checoslovaca. Ésta expuso al presidente que su situación en los últimos meses había empeorado considerablemente con la proliferación de registros y detenciones.
"Mitterrand nos preguntó por nuestra vida cotidiana y los problemas a los que nos enfrentamos. Nos ha demostrado que no estamos olvidados", señaló Hajek, después del encuentro en la Embajada francesa. Petr Uhl, otro invitado, dijo que Mitterrand aludió al "deber de injerencia pública" en toda cuestión que suponga una violación de los acuerdos de Helsinki sobre derechos humanos".
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