"La verdadera nave está navegando"
"No dejaron partir el barco porque le pusieron una bomba, pero la verdadera nave está navegando", asegura un sacerdote cristiano en referencia al frustrado barco del retorno palestino y al éxito de la intifada. Estamos en Beit Sahur, una pequeña ciudad cercana a Belén. La huelga general que marca el aniversario del levantamiento mantiene las calles desiertas. Los soldados israelíes que controlan la entrada son la única presencia humana visible."No, no hay toque de queda", nos asegura nuestro interlocutor, que a pesar de su origen europeo habla ya mejor el árabe que su lengua nativa. "Están ahí como una medida disuasoria, pero no sirve de nada", dice, refiriéndose a los soldados y nos conduce a una galería desde la que podemos ver a unos muchachitos tirando piedras. "Y eso que la presión militar aumenta cada día", precisa con un deje de dolor. Relata entonces cómo llegan a las casas en la madrugada, las registran y se van. "A veces se llevan a alguno, aunque lo peor es la tensión".
Se enzarza ahora el buen hombre en una minuciosa descripción de los cambios que ha experimentado no sólo su feligresía, sino toda la comunidad, en la que conviven pacíficamente musulmanes, melquitas ortodoxos, melquitas romanos y seguidores de la iglesia latina. "Porque todos están juntos en esto". "Juntos en esto, musulmanes y cristianos", puntualiza. "Se trata de un mismo pueblo, el pueblo árabe, y los intentos de dividirlo atendiendo a su distinta religión o clase social han fracasado". "Los judíos se equivocaron cuando creyeron que los cristianos no iban a secundar la revuelta. Quisieron ver en ella una revolución integrista como la de Jomeini...".
Todos comprometidos
"Aquí la intifada empezó tarde, después de las navidades. Al principio, venían chavales escapados de los campos de refugiados cercanos, cubiertos con kufias y ponían piedras en la carretera. Luego llegaba el Ejército y los shebab (muchachos) escapaban corriendo". Así recuerda el padre R. los primeros días de la sublevación. Luego, poco a poco, Beit Sahur se fue implicando "y ahora todos están comprometidos". "El milagro de la intifada no es sólo externo, la lucha por la independencia de un pueblo y el eco internacional que ésta alcanza, sino sobre todo interno. Se han producido grandes cambios sociológicos"."La reducción de los ingresos ha exigido la renuncia a un consumismo incipiente". Cuenta entonces cómo se han suprimido las salidas a cenar o los viajes. El padre R. no tiene constancia de que se haya producido una exp!osión demográfica, como señalan algunos observadores, pero confirma que han aumentado los matrimonios. "El precio de la dote se ha reducido a la mitad, y los grandes festejos que acompañaba a la boda y que se prolongaban hasta una semana, se reducen ahora a una ceremonia estrictamente familiar. Los novios ya no bailan esa melodía -y tararea la popular tonadilla de Los pajaritos- que el año pasado se había puesto de moda".
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