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LAS SUPERPOTENCIAS DIALOGAN

Esperanza, nueva palabra rusa en la Pequeña Odesa

Pilar Bonet

En el programa de Mijail Gorbachov en Nueva York no figura la Pequeña Odesa; sin embargo, la influencia del líder soviético se deja sentir en este barrio periférico poblado por emigrantes soviéticos, donde, como en un microcosmos, se reproducen hábitos y características de la vida rusa.La Pequeña Odesa se encuentra en la zona de Brooklyn, junto a la playa de Brighton. A ambos lados de su calle principal, los comercios ofrecen productos rusos. En la Acacia Blanca compran y venden buen caviar, kvas ruso (bebida de pan fermentado) y también pirozhki (empanadillas) de carne y de col por 60 centavos de dólar. Por la acera transitan ciudadanos americanos cuyos orígenes de allende los mares son evidenciados por un gorro o una bufanda de producción inéquivocamente soviética.

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En los quioscos venden el último número de Novoe Russkoe Slovo (La Nueva Palabra Rusa), que, según figura en su cabecera, es "el periódico ruso más antiguo del mundo, que se publica desde 1910".

Las iniciativas de Gorbachov, Disolución de una manifestación en el centro de Baku y El académico Sajarov se encuentra con Lech Walesa son los titulares de tres de las noticias de la portada de este diario, que ha cambiado su crítica postura hacia la URSS por una actitud de esperanza.

La influencia de la perestroika en la URSS, en el estado de ánimo de la Pequeña Odesa, es evidente para quienes visitan este barrio habiendo conocido la atmósfera de desconfianza imperante en él ante todo lo que viniera de Moscú hace apenas tres años.

"Creo que las cosas están cambiando en la URSS, aunque las tiendas siguen estando vacías allí", dice, echando una bocanada de humo, una mujer madura envuelta en un abrigo de cuero, que conversa en ruso con otra junto a una tienda de frutas y verduras. "Hace 11 años que vine de Kiev. Ahora estoy jubilada y no trabajo. En los últimos dos años he estado dos veces en la URSS, invitada por mi familia. Antes, ni se me hubiera ocurrido ni me hubieran dejado".

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Lugar de paso

"Aquí viven los que llegan. Pasan los primeros años y cuando se hacen ricos se marchan a otra zona", dice un hombre de complexión fuerte, cuyo acento ruso denoto, claramente su procedencia de Odesa. "Yo llevo aquí 15 años", afirma nuestro interlocutor, que apresura el paso para franquear la puerta del café Pelmeni.Las conversaciones de esta calle sólo son posibles a intervalos. Los que transcurren entre los trenes que circulan por el puente metálico que la cubre en toda su longitud. El ruido es atronador, trepidante, pero ello no impide a varias babushkas (abuelas), algunas de ellas con pañuelos floreados en la cabeza, mantener una charla mientras esperan frente a la carnicería.

Además de Novoe Russkoe Slovo, se venden aquí otras publicaciones en ruso, tales como Panorama, que se anuncia como el mayor semanario ruso-americano independiente; Sputnik o Kaleidoskop. No falta tampoco una librería, El Mar Negro, en cuyo escaparate figuran varios ejemplares de Los niños del Arbat, la novela del escritor soviético Anatoli Ribakov, junto con una autobiografía de George Bush, el futuro presidente y actual vicepresidente de EE UU, escrita en ruso; un manual de conversación inglés-ruso, y la obra de Dale Carnegie Cómo conquistar amigos y ejercer influencia sobre la gente, también en versión rusa.

Los niños del Arbat, Vida y destino, de Vasili Grozman; El doctor Zhivago, de Boris Pasternak, y la última obra del escritor Vasili Aksionov, emigrado a EE UU, son los libros más vendidos, según nos dice la dependienta, una mujer joven, muy pintada, que vino hace una década de Lvov (Ucrania). De los cuatro libros mencionados, los tres primeros han sido editados en la URSS, aunque El doctor Zhivago, y Vida y destino lo fueron mucho antes en Occidente, y sus autores nunca llegaron a verlos publicados en su país.

El surtido de El Mar Negro es variado. Hay aquí libros de impresión soviética de segunda mano, traídos probablemente en el escueto equipaje de la emigración, y libros de la disidencia exterior, tales como La historia secreta de los delitos de Stalin, de Alexandr Orlov, o Notas de un arresto, del rabino Shcheerson. Hay obras de Lev Trotski, la biografía de Mijail Gorbachov, del escritor emigrado Andrei Zinoviev, propaganda turística israelí y hasta el último número (otoño-invierno) de la revista Burda en ruso, o los libros de Víctor Nekrasov, muerto trágicamente en el exilio y ahora rehabilitado en su país.

Por teléfono, la dependienta conversa con uno de sus proveedores. "Eso no se vende. No hay demanda", dice mientras cobra a uno de sus clientes un diccionario de obscenidades de la lengua rusa -editado en EE UU-, que es una joya bibliográfica en Moscú. En los estantes hay una selección de discos y casetes. La oferta es variada; desde el cantante Villi Tokarev, que vive en la emigración, pero que fue entrevistado recientemente en la televisión soviética durante un viaje a la URSS, hasta canciones gitanas, pasando, cómo no, por VIadimir Vissotski, el bardo enterrado en Moscú, en cuya exaltación coinciden todos los rusos, los de aquí y los de allí.

No falta un cartel soviético invitando a hacer economías. El dibujo muestra una barra de pan y un cuchillo. Debajo hay un rótulo: "Corta lo que vayas a comer".

"Saludos a Miguel"

"Que les vaya bien. Saluden a Mijail (Gorbachov) de mi parte", grita la dependienta mientras salimos. De vuelta a Manhattan, la pronunciación de la, eles delata al taxista. Él también es de origen ruso, como tantos otros taxistas de Nueva York incluido Viadimir Chernovez un profesor de la escuela secundaría, que emigró hace ocho años y ha estado en Moscú hace seis meses. "Gorbachov es un hombre sincero, pero la situación en la Unión Soviética es peor de lo que imaginaba. La gente no quiere trabajar y está muy pasiva".Chernovez no envidia a Gorbachov. "No sé de qué privilegios hablan. Ese hombre lleva una vida terrible. No hace nada más que trabajar y no tiene vida privada".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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