Los puntos negros del agua
Año tras año se repiten las inundaciones en las mismas zonas de la costa mediterránea
Más de 83.989 millones de pesetas ha pagado en los últimos seis años el Consorcio de Compensación de Seguros por daños originados por las lluvias en la cuenca mediterránea. Las zonas que sufren las riadas son casi siempre las mismas, lo que configura un mapa de puntos negros de las inundaciones. El Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) y las diversas comunidades autónomas afectadas han diseñado una serie de planes para evitar las tragedias cíclicas que sufren las tierras mediterráneas. Vecinos y afectados resaltan el retraso y las imperfecciones de tales programas.
La Generalitat ha inventariado 250 puntos negros en Cataluña en los que "sería necesario invertir unos 100.000 millones de pesetas" para prevenir nuevas riadas, según Francesc Vilaró, director general de Obras Hidráulicas del Departamento de Obras Públicas, informa Anna Galcerán desde Barcelona. A estos 100.000 millones habría que añadir otros 50.000 para recogidas pluviales urbanísticas de centros urbanos.Ninguno de estos 250 puntos negros, apuntados en el Plan de Obras y Correcciones a realizar en la Red Hidrológica de Cataluña, elaborado por la Generalitat en 1983 -tras las inundaciones del otoño de 1982-, ha sido solucionado en su totalidad. Ese mismo plan, que no prevé la fórmula de financiación del mismo, establece nueve actuaciones "como urgentes e inaplazables", ninguna de las cuales se ha llevado a término, y algunas de ellas, como el encauzamiento del Llobregat a su paso por Martorell, no son consideradas por la Generalitat como actuación prioritaria.
En síntesis, los grandes puntos negros de Cataluña se centran, principalmente, en el delta del Llobregat, en la desembocadura del río Francolí, en Tarragona, y en la canalización o desviación de las rieras de la zona del Maresme y de la Costa Brava.
El desagüe inadecuado del Llobregat al mar puede provocar el desbordamiento del río con la inundación de la Zona Franca, polígono industrial de Barcelona. "Este proyecto, que será financiado por el MOPU en virtud de un convenio con la Generalitat, ya está preparado", asegura Vilaró. Alrededor de este proyecto, que prevé el desvío de la desembocadura, existe una fuerte polémica "que será zanjada a través de una decisión política una vez haya salido a información pública", añade Vilaró, tras explicar que los traspasos en materia hidráulica a la Generalitat se realizaron en 1986.
La decisión del desvío de la desembocadura del río Francolí también está a la espera por discrepancias entre la Generalitat y el Puerto de Tarragona. Este proyecto, que será financiado por el MOPU, pretende evitar que una fuerte avenida del río invada toda la zona del puerto.
La ciudad de Gerona es otro de los puntos negros de Cataluña, ya que el río Onyar, a su paso por la población, puede provocar inundaciones en caso de avenidas debido a la estrechez de su encauzamiento. Este proyecto, que será financiado también por el MOPU, no está ultimado por discrepancias en las pequeñas presas, que hay que construir a las afueras de la ciudad para regular la entrada de agua. Las obras de encauzamiento del río Segre, a su paso por Lérida, "están presupuestadas por la Confederación Hidrográfica del Ebre y están a punto de iniciarse".
Baix Llobregat
El desbordamiento de rieras, tanto las del delta del Llobregat, que provocaron los pasados 12 y 13 de noviembre inundaciones en municipios del Baix Llobregat, como las de la comarca del Maresme y del Alt Empordà (Costa Brava), así como las de la costa de Tarragona, constituye un grave problema ante las lluvias torrenciales. "Es un tema de difícil solución, hay que ir caso por caso, desviando las rieras y encauzándolas", explica Vilaró.
Para el grupo parlamentario Iniciativa per Catalunya (IC), "el Gobierno catalán no tiene un programa prioritario de puntos negros a solucionar para evitar futuras inundaciones", según el diputado Joan Saura.
En la Costa del Sol hay también una serie de puntos en los que sistemáticamente se repiten las inundaciones. La Confederación Hidrográfica del Sur tiene previstas para 1989 unas inversiones en el apartado de defensa de 447 millones de pesetas. El Ayuntamiento de Fuengirola (Málaga) busca la financiación para acometer en 1989 un plan de obras y mejoras en las canlizaciones del saneamiento municipal, con una inversión de 500 millones de pesetas, que le permita eludir las continuas inundaciones que sufre la población, y que el pasado 1 de octubre alcanzaron un trágico balance con la muerte de cuatro personas, producida por el desbordamiento del río Fuengirola, informa Miguel Nieto desde Marbella. Curiosamente no es este río, que no se desbordaba desde 1962, el causante de las permanentes avenidas, sino el arroyo María Barranco, que procede de la cercana sierra de Mijas, que recoge el agua de lluvia de una cuenca amplia.
Según el alcalde, el socialista Sancho Adam, en el último pleno de la corporación se acordó buscar financiación para el trasvase del arroyo María Barranco al arroyo Real, y para mejorar el saneamiento de la ciudad.
También Málaga capital sufre periódicamente lluvias torrenciales que ocasionan inundaciones dejando la ciudad anegada de agua y barro durante días, informa Elena B. Castilla desde Málaga. La causa es la orografía casi plana de una ciudad rodeada de montañas, sin apenas vegetación, con pendientes muy pronunciadas y repleta de torrentes que adquieren un fuerte caudal de agua, incapaz de ser absorbido por el alcantarillado.
86 muertos en seis años
Al menos 86 personas han fallecido en los últimos seis años en la costa mediterránea de la Península como consecuencia de las inundaciones originadas por lluvias intensas. El 22 de octubre de 1982, una riada, agravada por la rotura de parte del muro de contención de la presa de Tous, en el río Júcar, causó 40 muertos en la provincia de Valencia y daños por valor de 92.637 millones de pesetas.En noviembre de 1985 fallecieron siete personas en la provincia de Alicante.
El temporal de lluvias que sufrió Cataluña en octubre de 1986 causó cinco muertos. En Murcia murieron cuatro personas.
En julio de 1987 en Barcelona murieron cuatro personas como consecuencia de una tromba de agua. A finales de agosto de ese año en Málaga moría otra persona.
En noviembre de 1987, el temporal de lluvia que asoló el sur del País Valenciano y el norte de la región de Murcia hizo desbordarse los ríos Júcar y Segura y ocasionó la muerte de nueve personas. Las pérdidas fueron evaluadas en 28.000 millones de pesetas en la Comunidad Valenciana y 32.000 millones en Murcia.
El mes pasado murieron nueve personas en la provincia de Málaga y este mes fallecieron cuatro personas en Cataluña y tres en Valencia.
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