Dormir junto al cubo de basura

La situación en la que viven los ancianos de las residencias explotadas por Francisca Uceda era conocida por lo menos desde hace un año a través de denuncias de sus empleados y de vecinos de la zona. En un reportaje publicado en este periódico en noviembre de 1987 se denunciaba el jardín lleno de basura y el suelo del chalé con restos de patatas y trozos de pan. Una de las residentes dormía en la cocina en una cama destartalada y al lado del cubo de la basura. La residencia carecía de agua caliente y de calefacción. En el garaje viven, sin ventilación, cinco ancianos.La Comunidad de Madrid dispone de 5.322 plazas para ancianos; los centros privados alojan a 6.800, mientras que otros organismos ofrecen 1.000 plazas. Se calcula que en Madrid viven 510.000 personas mayores de 65 años. Un decreto ley aprobado hace unos meses intentó paliar las deficiencias de muchos centros privados dedicados a esta actividad. Esta legislación se aplica, sin embargo, sólo en casos de nueva apertura.

Estas normas establecen que el centro debe tener calefacción, teléfono al que puedan acceder los residentes, ascensor si hay algún desnivel, pólizas de seguro, inexistencia de barreras arquitectónicas y un empleado por cada cuatro residentes, entre otras.