Polémica en Italia por la posible supresión de autores clásicos en los planes de estudio

El solo rumor de que el Ministerio de Educación está estudiando la posibilidad de eliminar del programa de literatura del bachillerato el estudio obligatorio de algunos clásicos, como Dante, Manzoni, Virgilio, etcétera, para sustituirlos por otros autores más modernos, ha levantado un avispero. Hay quien, como el anciano novelista Mario Soldati, ha pronunciado incluso la palabra "sacrilegio".

Pero, en realidad, los grandes escritores y profesores de literatura se han dividido, aunque la mayoría insiste en que la única posibilidad de que los italianos sigan conociendo a los monstruos sagrados de la literatura clásica es siendo obligatoria su lectura en las escuelas, ya que éste es un país que no está acostumbrado a leer a los clásicos. El más a favor de que se sustituya, por ejemplo, a Manzoni y su clásica obra I promessi sposi a los muchachos de 15 años por otras lecturas es Alberto Asor Rosa, historiador de literatura italiana y catedrático de la universidad de Roma: "La lectura de Manzoni", ha dicho, "ha sido importante en un cierto momento histórico para unificar Italia en una clave ideológica católico-moderada. Pero no veo qué necesidad tenga hoy la nación de seguir siendo unificada lingüística e ideológicamente por este camino". Asor Rosa añade que él más bien estaría de acuerdo en "ensanchar el pluralismo de lecturas obligatorias en las escuelas", para ofrecerles hoy a los jóvenes también nuevos horizontes, más literarios que ideológicos.Al revés, Alberto Moravia, indignado, ha afirmado que quitar a Manzoni de las escuelas sería como "suprimir de las clases de anatomía el corazón y el pulmón".

En el mismo sentido se ha expresado Natalino Sapegno, decano de los italianistas, quien ha afirmado que eliminar a Dante y Manzoni es algo absurdo, ya que ellos "son la literatura italiana".

Por su parte, Edoardo Sanguinetti piensa que, por ejemplo, Manzoni podría ser sustituido muy bien, por Svevo, y Antonio Tabucchi, por Las confesiones de un italiano, de Ipolito Nievo, otra novela estupenda del ochocientos, mientras que Maria Cortz, historiadora de lengua italiana, piensa que, en realidad, Manzoni y Dante deberían seguir siendo obligatorios, pero "más tarde", ya que en el primer bienio del bachillerato dicha lectura "es demasiado difícil y aburrida para los jóvenes".

Lo cierto es que el ministerio ha metido las manos en un avispero, ha osado tocar un tabú y la mayor parte de los literatos y profesores temen que la sustitución ir a favor de más televisión, más casetes y vídeos en las escuelas, impidiendo así a los jóvenes aprender a leer y escribir "en italiano".

El debate, sin embargo, se está acercando a una idea común de que Manzoni y Dante deben quedar como los grandes monumentos de la literatura italiana, pero que los profesores deben tener la libertad de introducir nuevas lecturas y en algunos casos de sustituirlas por algo semejante, quizá más adaptado a los gustos de los jóvenes de hoy.