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La dama de negro

Milagros Pérez Oliva

Rigurosamente vestida de negro, alta y muy delgada, la imagen de la profesora Rita Levi-Montalcini es la esencia misma de la discreción y la prudencia. Con su cabello blanco y un discreto collar de perlas, la doctora Levi-Montalcini apareció en las portadas de los principales medios de comunicación del mundo en octubre de 1986, al serle concedido, a sus 77 años y después de toda una vida consagrada al laboratorio, el premio Nobel de Medicina. Obtuvo el galardón junto al norteamericano Stanley Cohen, con quien desarrolló su trabajo científico sobre el crecimiento de las células neurológicas.Además de su dedicación científica, la profesora Levi-Montalcini no ha eludido sus compromisos como ciudadana. Nació en Turín, en el seno de una familia judia, y perteneció al Partido de Acción. Fue perseguida por las leyes antisemitas, tuvo que huir de Italia y refugiarse en Bruselas, pero la llegada de las tropas de Hitler puso fin a su estancia en esa ciudad. Tras su última huida, contribuyó a la victoria alidada como médico en las tropas estadounidenses.

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De esta colaboración surgió la oferta para que investigara en Estados Unidos. Allí se trasladó terminada la II Guerra Mundial y allí desarrolló la mayor parte de su actividad científica. Nacionalizada norteamericana, regresó a su país en 1969, fecha en que asumió la dirección del Laboratorio de Biología Molecular de Roma, al que sigue vinculada.

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