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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Pedro Crepo sobrevive

El alcalde se mantiene bien. Fue una obra demagógica (la vida es demagógica) y, al mismo tiempo, al servicio del poder. La soldadesca borracha abusando por los pueblos- de España, la honestidad de las villanas y la entereza de los labradores frente a los atropellos eran un choque entre los fueros militares y la indefensión de los civiles; todavía pasa en muchos países del mundo, todavía hay recuerdos agudos en España. Calderón tuvo mucho cuidado en salvar valores principales del poder supremo: don Lope, el rey. Este teatro de corral estaba tan manipulado en el Siglo de Oro como la televisión de hoy: servía para mantener la propaganda de la unidad entre el pueblo y la corona y para contener la dispersión, las banderías de los feudales, ya fueran capitanes, ya comendadores. Calderón compuso su obra con un verso escueto, muy castellano, lleno de conceptos y preceptos morales. El enfrentamiento entre el alcalde y don Lope, tan humano y directo, fue un hallazgo teatral que no se ha superado después. Para esta supervivencia es necesario que la obra se relate bien en un escenario, y es lo que ha hecho José Luis Alonso con la gran ayuda del poeta Francisco Brines, que actualiza suavemente el verso y le saca su coherencia.

Decorado sencillo

Alonso ha dispuesto un decorado móvil, muy sencillo -de Pedro Moreno, como el vestuariopero bello y sugerente; unos trajes entonados y sencillos y una iluminación -de Juan Gómez Cornejo- que dibuja primeros planos, gestos, ambientes, sobre una música de fondo -de Manuel Balboa- de efectos psicológicos. Algo ha tomado del cine en todo esto, y hasta del expresionismo alemán evolucionado, de la época de Brecht. Ha conseguido que la compañía diga el verso de manera que se entienda, lo cual no parece tan fácil; más que párrafos brillantes, se buscan oraciones completas y colocación de las frases significativas de la obra de forma que lleguen.Dentro de esta compañía, Jesús Puente hace probablemente el mejor trabajo de su vida de actor, o de los que yo le he visto; con la sobriedad requerida, con un tono de voz impresionante en su llaneza, con gestos de enorme belleza dramática; encuentra enfrente de él un actor veterano, Ángel Picazo, que tiene toda la grandeza que requiere don Lope, que dice sus juramentos y sus enojos con la dignidad que correspondería al personaje real. Las escenas entre los dos vibran. Y el público -con toda la frialdad profesional de los eternos invitados a los estrenos- llega a participar en ese duelo y a identificarse; y hasta a conmoverse, como en el encuentro de la hija violada y el padre humillado en el bosque nocturno, del que José Luis Alonso ha explotado seriamente toda la emoción posible. El relato de la obra está perfectamente conseguido: la novela y el ejemplo llegan directamente al público de hoy. Sobre todos estos trabajos, naturalmente, está el de Calderón, entero y vivo por sí mismo, en una obra que fue probablemente la más sincera de las que escribió y a la que quisoprivar de adornos superfluos.

No hay mucho que decir de los otros actores. Antonio Carraseo -el hijo- destaca por la contención de su brío; Adriana Ozores está correcta en su trabajo, como correcta -fuera de la dicción del verso, simplemente por interpretación y por comprensión de lo que dicenestá la mayoría del extenso reparto.

El éxito fue grande, subrayado en lasovaciones y bravos del final dirigidos especialmente a Puente y a Picazo, y entusiastas al aparecer José Luis Alonso.

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