Relaciones correctas

El secretario general del episcopado, Agustín García Gasco, quiso dejar ayer bien claro que en la consecución de la fiesta de la Inmaculada no ha habido ni vencedores ni vencidos. Sin embargo, ya en el terreno espiritual, quiso destacar que la única victoria correspondía a la Virgen.

A la Iglesia, temas morales a parte, no le va tan mal con los socialistas como se previa con la llegada del PSOE al poder en 1982. Bajo el mandato de los socialistas se han desarrollado prácticamente en su totalidad los acuerdos España-Santa Sede, suscritos en 1979. Ha entrado en funcionamiento la asignación tributaria, llamada impuesto religioso, (IVA) la construcción de templos, se ha regularizado la asistencia religiosa en los hospitales y, fuera ya del tratado internacional, los centros docentes religiosos han disfrutado de los conciertos establecidos con el Estado.

El cardenal Suquia, presidente del episcopado, es oído con atención en la Moncloa, y en el terreno técnico-económico, la Iglesia goza ahora -de una mejor situación que en época de la UCI).

El Gobierno del PSOE no ha querido abrirse un frente con la Iglesia. En este sentido, cabe destacar la destitución -en verano del año pasadode Gonzalo Puente Ojea como embajador de España ante la Santa Sede, o el silencio que ha mantenido el Ejecutivo ante declaraciones como las del actual secretario general del episcopado, Agustín García Gasco, cuando este afirmó, hace unos meses, que los católicos en España eran ciudadanos de segunda. El Gobierno expresó, sin embargo, su protesta cuando apareció la carta pastoral de los obispos vascos -a finales de 1987- en la que se abogaba por la negociación con ETA.

No han faltado momentos de tensión: la guerra de catecismos; la ley de despenalización parcial del aborto; o la regulación educativa de la ley orgánica del Derecho a la Educación (LODE).