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Sajarov, reticente al cambio constitucional

Pilar Bonet

Los amplios poderes dados a Mijail Gorbachov por los cambios constitucionales, que deben ser aprobados a finales de noviembre por el Soviet Supremo de la URSS, asustan a algunos intelectuales soviéticos, entre ellos el profesor Andrei Sajarov, según se puso de manifiesto en un reciente debate celebrado en Moscú. Sajarov participaba, junto con un reducido número de intelectuales soviéticos y norteamericano, en un coloquio dedicado a las enmiendas constitucionales, en las dependencias de la editorial Progreso, de Moscú.

Por segunda vez este otoño, el Soviet Supremo de la URSS (actualmente formado por dos Cámaras y un total de 1.500 diputados) se reúne el próximo día 29 de noviembre, con objeto de aprobar las enmiendas constitucionales, sometidas actualmente a discusión pública.Las enmiendas, publicadas el 22 de octubre en la Prensa, tienen por objeto adaptar el marco legislativo soviético para integrar los nuevos organismos y la nueva distribución de funciones que dan cuerpo a la reforma política propuesta por Gorbachov ante la XI Conferencia del PCUS, en junio de 1988.

El artículo 121 del proyecto prevé la concentración de un amplio número de funciones en la persona del presidente del Soviet Supremo de la URSS. Desde principios de octubre, Mijail Gorbachov ocupa, además del puesto de secretario general del PCUS, el de presidente del Presidium del Soviet Supremo de la URSS (jefe del Estado). Este puesto tiene menos poderes que la futura presidencia del Soviet Supremo.

Según el proyecto, el presidente del Soviet Supremo prepara los temas que son examinados por el Congreso de los Diputados Populares (un nuevo órgano, de 2.250 escaños) y el Soviet Supremo (que queda convertido en un Parlamento permanente, con medio centenar aproximado de miembros). Además, el presidente firma leyes, dicta disposiciones, presenta informes sobre el estado del país o cuestiones de política interior e internacional, supervisa la seguridad y la defensa y preside el Consejo de Defensa.

Proponer candidatos

El presidente puede también proponer candidatos para un extenso número de puestos, tales como sus vicepresidentes, los miembros del Comité de Vigilancia Constitucional, el presidente del Consejo de Ministros, el presidente del Comité de Control Popular, el presidente del Comité de Arbitraje. El mantenimiento de conversaciones y la firma de tratados internacionales figuran también entre las competencias del cargo presidencial.Las enmiendas constitucionales han suscitado un cierto malestar en medios reformistas soviéticos, según los cuales el proyecto debería haber sido discutido durante más tiempo y ser sometido a referéndum. En opinión de Andrei Sajarov, las enmiendas contienen "una bomba de relojería extraordinariamente peligrosa". "Como en el pasado, dependemos de un solo hombre", dijo Sajarov, que consideró este hecho como "muy peligroso, tanto para la perestroika en su conjunto como para Gorbachov personalmente". El científico pidió que las enmiendas constitucionales se discutan durante tres meses y se organice un referéndum sobre ellas. El referéndum es un procedimiento contemplado en la Constitución soviética, que fue aprobada en 1977 tras varios meses de debate político. Sin embargo, no existe en la URSS una regulación legal del referéndum.

El historiador Yuri Afanasiev, director del Instituto de Archivos Históricos de la URSS, criticó el martes las enmiendas constitucionales ante esta corresponsal, y señaló que, a su juicio, hay "demasiados poderes" concentrados en la persona del presidente del Soviet Supremo, y la elección de éste está demasiado alejada del sufragio universal.

"Hoy será Gorbachov, mañana puede ser cualquiera", dijo Andrei Sajarov, que expresó su temor a que Gorbachov se pudiera ver forzado a abandonar la reforma ante las presiones de los conservadores o cambie de forma de pensar. Leonid Batkin, otro intelectual participante en el coloquio, propuso la pluralidad de candidatos al puesto de presidente. Las enmiendas constitucionales nada establecen sobre tal posibilidad. El economista Pavel Bunich consideró, por su parte, que las reformas en marcha en la URS S suponen la sustitución de una "monarquía absoluta" por una "monarquía ilustrada".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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