La OTAN sigue sin decidirse a renovar los misiles nucleares de corto alcance

Los países de la OTAN lograron mantener ayer su unidad de fachada reiterando la importancia disuasoria de las armas nucleares, pero aplazando, una vez más, una decisión sobre la modernización del armamento nuclear que aún permanece estacionado en- Europa occidental. La puesta al día de unas armas que corren el riesgo de quedarse obsoletas deberá ser decidida en primavera, según el ministro británico de Defensa, George Younger, en el marco de la próxima reunión del Grupo de Planes Nucleares (GPN) de la OTAN convocada en Bruselas y que promete ser muy polémica.El comunicado publicado ayer, al término de dos días de debates entre los titulares de Defensa de 14 países de la OTAN -Francia e Islandia no participan, en el GPN-, afirma que "ahora no se requiere ninguna decisión" y desde el secretario de Defensa, Frank Carlucci, hasta el secretario general de la Alianza Atlántica, Manfred Woerner, varios asistentes a la reunión insistieron en que no corría prisa.

Debate democrático

Tras la conclusión del acuerdo entre Moscú y Washington sobre la eliminación de los curomisiles subsisten en Europa cohetes nucleares con un alcance inferior a 500 kilómetros, artillería y aviones con capacidad nuclear cuyo papel y reestructuración han sido analizados en un informe de expertos debatido por los ministros en Scheveningen.El Consejo de Ministros belga, que desde mayo cuenta con miembros socialistas, acordó hace una semana que "era prematuro pronunciarse" sobre el informe y era previsible que el titular belga de Defensa, Guy Coeme, lo rechazase en Scheveningen, pero las entrevistas que mantuvo mano a mano con Carlucci y Younger le incitaron a matizar su postura y acabar suscribiendo el texto final de la reunión pero difundo un comunicado paralelo en el que señala que "Bélgica se ha abstenido de pronunciarse" sobre el informe de los expertos, y que cualquier decisión sobre la módernización tiene que ser precedida por "un debate democrático" que tenga en cuenta el actual clima de distensión que, en opinión de los socialistas belgas, puede aconsejar portergarla sine díe.

La postura belga coincide con la del ministro alemán Rupert SchoIz y con la de otros participantes como su homólogo danés, pero a diferencia de los demás socios de la OTAN, Coeme formuló públicamente sus reservas, resquebrajando la unidad de la Alianza y anticipando un debate que, de todas formas, se planteará en primavera, cuando EE UU y su fiel aliado británico pidan una decisión sobre la modernización del armamento nuclear y salgan a la luz todas las divergencias entre aliados.