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Culto

Manuel Vicent

Los protestantes han recuperado la tradición de las sacerdotisas. ,De esta forma, ahora, en muchos templos de los países anglosajones, Dios es felizmente administrado por unas mujeres de cabellera boreal y carne de nieve que parecen haber surgido de los bosques sagrados de la antigüedad. Ellas tienen los ojos fríos, pero en el interior de los yertos ornamentos de almidón les palpita el útero, que es el más religioso de todos los laberintos. Por él fluye el misterio de la naturaleza. Las hembras están mejor dotadas que los machos para transmitir las pulsiones de lo desconocido, y los protestantes se han dado cuenta de ello. En la mitología hubo diosas de mucho prestigio que poblaron el olimpo con lances de suma crueldad y delicadeza, las cú ales se refrescaban después en los manantiales. A través de la historia, las mujeres han sabido manipular muy bien la oscuridad. Han sido magníficas hechiceras, grandes expertas en filtros y sortilegios, inteligentes descifradoras de los enigmas que se hallan en las vísceras de ciertos animales.Pese a esta innata perfección por lo arcano, la Iglesia católica se niega a conceder a las mujeres la patente sacerdotal, y con ello priva a los creyentes de una experiencia religiosa de primera calidad que se produciría al unirse la liturgia barroca con el magnetismo de los ciegos impulsos. Si en el catolicismo hubiera sacerdotisas, al pie de los altares latinos, entre el cielo y la tierra, se vería a hembras poseídas por la deidad, cubiertas con vestiduras de oro, y éstas no podrían ocultar las radiaciones del sexo. Bajo los acordes del órgano, dentro de una nube de incienso, las hembras adornadas con brocados erigirían sus senos en las gradas, y los templos volverían a llenarse con la gracia de la fertilidad, y la religión regresaría al bosque sagrado donde el Dios verdadero es húmedo como una madre. Cuando las sacerdotisas católicas se ápoderen del culto, las sacristías dejarán de oler a rapé, y los capiteles de las catedrales, llenos de fieras y raíces, volverán al agua.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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