Pasar miedo en el colegio
H. / T., Los balcones de los feos bloques de viviendas cercanos a la estación de Kosovo Polje estaban ayer repletos de niños albaneses que escuchaban en silencio cómo miles de serbios pedían la ejecución de Azim Vlasi, uno de los líderes albaneses en Kosovo.
Mientras el dirigente federal Orlandic intentaba sin éxito dirigirse a la multitud, un niño serbio logró subir a la tribuna y decirle al recién llegado de Belgrado que no quería pasar miedo en el colegio. Grandes aplausos de la multitud y gritos contra Vlasi.
Vlasi está muy lejos de ser un nacionalista. Él fue quien hizo la purga de nacionalistas radicales en la universidad de Pristina tras los sangrientos sucesos de 1981, que costaron centenares de vidas. Los intelectuales albaneses lo llegaron a calificar como "la sanguijuela de la cultura albanesa en Kosovo". Para los nacionallstas serbios, también para Milosevic, Vlasi parece ser hoy el máximo responsable de la crisis de Kosovo y del éxodo de serbios y montenegrinos de esta provincia, como si este fenómeno hubiera surgido ttas la aparición del joven y decidido comunista albanés.
En Kosovo Polje jóvenes y ancianos albaneses, con sus típicos gorros plis, observaban en silencio los gritos de sus vecinos serbios y de otros venidos de lejos, algunos presentes en todas las manifestaciones y sospechosamente coordinados en sus "acciones espontáneas"; ninguno estaba dispuesto a hablar sobre la concentración. En Pristina, algunos jóvenes son más claros. "Milosevic quiere acabar con nosotros. Es ridículo que diga que aquí se discrimina a los serbios: hay 130.000 albaneses en paro y todos los serbios tienen trabajo".
Los nacionalistas serbios acusan a los albaneses de aterrorizar y violar a sus mujeres para forzar a las familias no albanesas a emigrar de Kosovo. "La situación es insostenible, no podemos salir a la calle", dicen. La estadística de 1986 demuestra, por el contrario, que en la República de Bosnia se produce el doble de violaciones de mujeres serbias que en Kosovo.
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