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Esperando la Piqueta

La Comunidad de Madrid decreta la demolición de siete urbanizaciones ilegales

Juan Carlos Sanz

La Comisión Regional de Urbanismo ha acordado derribar siete de las 137 urbanizaciones ilegales existentes en Madrid. Tres de ellas -Los Chorrillos, El Carrascal y Maricominos- están situadas en Serranillos del Valle, cerca de Griñón. Afectados y vecinos consideran un "atropello" el acoso y derribo institucional. La Administración autónoma, que prefiere hablar de "restauración", en el sentido de devolver el terreno a su estado original, ha ordenado la demolición de 98 edificaciones. Sin embargo, ha concedido el indulto a otras 13 urbanizaciones, que podrán ser legalizadas.

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Al margen de la ley

En Serranillos del Valle, a la vera del límite con Toledo y con 500 vecinos en invierno, nadie sabía nada hasta la publicación de la noticia en la Prensa. La población de Serranillos se multiplica por cuatro en los meses de verano. Cerca de 300 chalés se agrupan allí en varias urbanizaciones. El alcalde de la localidad, el independiente Evelio Fernández, considera que es "un atropello" que derriben las tres urbanizaciones, y asegura no tener "conocimiento de la decisión". En su opinión, se debería haber iniciado antes un procedimiento para procurar la regularización de las tres urbanizaciones. El alcalde reconoce, no obstante, que hace varios meses técnicos de la Comunidad visitaron las urbanizaciones- de la localidad. "Sólo me dijeron que había edificaciones ilegales, pero nada más", asegura.De otro lado, Evelio Fernández afirma que los cuatro chalés situados en la urbanización Maricominos, a escasos metros del límite provincial con Toledo, poseen autorización municipal desde 1975. La prevista instalación de un polígono industrial en sus inmediaciones permitiría subsanar sus deficiencias, según el alcalde, al conectar la urbanización a la red de saneamiento.

Al otro lado

Respecto de la urbanización El Carrascal, el alcalde declina pronunciarse. El Ayuntamiento de Serranillos estima que la mayor parte de sus edificaciones se encuentra en la provincia de Toledo, en el vecino término de Carranque. Tras el deslinde recientemente efectuado, una calle de la urbanización sirve de límite provincial. Tan sólo seis de los 30 chalés construidos en el conjunto estarían bajo la jurisdicción de la Comunidad de Madrid, a juicio del alcalde.Por el contrario, la urbanización Los Chorrillos, situada dos kilómetros al norte del pueblo, presenta unas condiciones que hacen inviable, a primera vista, su legalización. Para llegar hasta los 13 chalés que la conforman hay que serpentear por caminos agrícolas que a duras penas puede atravesar un turismo.

"Si me van a derribar la casa, ¿por qué me cobran la contribución?", declara indignado José García Montero, un mecánico de 52 años que afirma haber construido su chalé hace 14 años con el producto de horas extraordinarias en la factoría Talbot.

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García Montero no ha recibido ningún aviso oficial sobre la demolición de su chalé. "Todo esto", alega mientras señala a su alrededor, "lo he conseguido con mucho sacrificio". Visiblemente preocupado por la noticia que acaba de recibir, replica: "Ya sé que he construido sin autorización, brutamente, pero es un delito que me quieran tirar la casa. He pedido permiso y el Ayuntamiento contesta que no me lo puede dar".

Una imponente construcción sin concluir da fe del declive de la urbanización. Algunos chalés están puestos a la venta. "Hay gente que quiere vender", dice García Montero, "pero nadie compra cuando se entera de que es una urbanización ilegal".

En las inmediaciones de la carretera que conduce a Griñón se levantan tres urbanizaciones: La Sierra, La Pradera y Los Moscateleros. Cerca de 200 edificaciones en regla.

"Derribar los chalés sería lo último", señala el propietario de uno de los bares de la localidad. "Hay que conseguir una solución negociada", afirma, al tiempo que reconoce que los negocios funcionan mejor con los "veraneantes".

"Se lo han hecho todo ellos", explica, por su parte, un albañil local. La permanente actividad en la construcción ha propiciado que el desempleo no haya afectado especialmente a los vecinos de Serranillos. "Sería injusto que derribaran los chalés", sentencia.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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