El seminario de Vitoria estuvo cerrado más de cuatro meses por protestas de los internos
El semirario de Vitoria permaneció cerrado durante más de cuatro meses el curso pasado, después de que los seminaristas protagonizaran una acción de protesta por la expulsión de un compañero. Según medios eclesiásticos alaveses, la sanción obedece al endurecimiento de la autoridad eclesiástica ya que las únicas razones que se le dieron al expulsado, de acuerdo con la citada versión, fueron que no daba signos de comunidad y que demostraba que no quería seguir.Javier Valdivieso, rector del centro, manifestó ayer a este diario que la medida obedecía a una serie de cosas muy complejas pertenecientes al pasado. "La situación esta completamente normalizada", agregó.
Los hechos, que se han mantenido hasta ahora en la más absoluta reserva, se iniciaron el 25 de noviembre, cuando se le notificó al seminarista que lo expulsaban. Un día después, la veintena de internos se negó a asistir a la cena y a la oración. El 27 de noviembre el centro se cerró y no volvió a abrir sus puertas hasta el 10 de abril.
Las clases en la Facultad de Teología del Norte, sección Vitoria, siguieron con toda normalidad, aunque los internos del seminario tuvieron que residir en sus domicilio -los de la capital- o en pisos de sacerdotes. Durante el período de cierre, el obispo de Vitoria, José María Larrauri, mantuvo entrevistas con cada uno de los internos y les dijo que tuvieran presente las consecuencias de sus protestas, según medios de la diócesis.
Un solo diácono
El curso se inauguró ayer oficialmente y para el rector del seminario esta historia pertenece a un pasado ya superado y en el centro se vive una situación de absoluta normalidad. Otras fuentes aseguran, en cambio, que la tensión ha remitido porque los internos temen sanciones y no poder llegar a ordenarse.
Al finalizar el curso 1987-1988, de acuerdo con la citada versión, el obispo le negó las órdenes a un candidato a diácono. Otro seminarista fue enviado por esas fechas a casa por decir durante la acción de gracias que quería ser cura a pesar del seminario. En definitiva, de tres candidatos a diácono previstos sólo uno fue ordenado.
"En el seminario hay miedo porque quieren descabezar al grupo más crítico y activo -matizan en medios eclesiásticos alavesas- porque en realidad no quieren cierto tipo de curas".
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