El déficit bajará al 2,8% del PIB gracias a la mayor recaudación fiscal

El déficit no financiero para 1989, o diferencia entre los 9,9 billones de gastos y los ingresos presupuestados, asciende a 1,18 billones de pesetas, contra los 1,32 billones presupuestados para el presente año. Tal desequilibrio equivale al 2,8% del PIB, frente al 3,5% inicialmente aprobado para este año y al 3% en que el Gobierno estima acabará el ejercicio de 1988 en términos de caja.La nueva estimación del déficit para 1988 se debe tanto al exceso previsto en los ingresos y no absorbido por los mayores gastos como a las correcciones al alza en las magnitudes de inflación y de crecimiento económico.

En pesetas, la mayor inflación y actividad previstas ahora para el presente año supondrán que el valor añadido generado por la economía alcanzará un total de 39,18 billones de pesetas, frente a los 38,02 billones estimados inicialmente para el presente año. Para 1989 se estima que este PIB se sitúe en 42,16 billones de pesetas, con un aumento nominal del 7,6%.

Sin embargo, la reducción del déficit de caja fijada como objetivo para 1989 apenas se notará en la dísminuición de las necesidades de endeudamiento presupuestadas, que fueron fijadas para 1988 en 1,39 billones de pesetas y que en los presupuestos de 1989 aparecen cifradas en 1,31 billones de pesetas.

Planes hasta 1992

El nuevo descenso en el déficit de caja se encuadra, de todas formas, en el marco de un plan del Gobierno para elevar la presión fiscal durante los próximos años con el fin de suprimir el desequilibrio entre los ingresos y gastos estatales de forma paulatina y en el horizonte de 1992. Se intenta así que ello se traduzca en una menor presión de los pagos en intereses.

Esta partida, la más creciente del gasto público en los últimos años por el fuerte aumento del volumen de la deuda y la situación de los tipos de interés, aparece presupuestada con un incremento de apenas el 13% (hasta 1,1 billones de pesetas).

Aunque la reciente subida de los tipos de interés supondirá una carga adicional para los pagos por interses, ya para el año de 1988 se admitió desde Economía y Hacienda que había una subestimación cercana a los 200.000 millones de pesetas.