El Tribunal Basso condena al FMI y al Banco Mundial y propone una moratoria en el pago de la deuda
La 43ª asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial concluyó ayer en Berlín sin grandes avances en la solución de los problemas de endeudamiento del Tercer Mundo, pero con un número cada vez más nutrido de los 151 países miembros, exigiendo la introducción de innovaciones imaginativas en la actual estrategia de la deuda, incluyendo una condonación parcial. A pocos kilómetros de la asamblea, el Tribunal Permanente del Pueblo, una organización fundada por el senador italiano Lelio Basso al amparo del éxito del proceso Russell a la guerra del Vietnam, propuso una moratoria unilateral en el pago de la deuda por entender que las dos organizaciones mundiales violan sus propios estatutos y la carta fundacional de las Naciones Unidas.
El director gerente del FMI, Michel Camdessus, y el presidente del Banco Mundial, Barber Conable, coincidieron en sus discursos de clausura en calificar la asamblea de Berlín como "uno de los encuentros más positivos" desde que surgió el problema de la deuda hace seis años. Camdessus resaltó la favorable situación económica que se le presenta a los países industrializados en los próximos meses y entendió que se debía extender hacia los países del Tercer Mundo. Para ello expresó la necesidad de reducir las restricciones comerciales y los subsidios y se mostró optimista sobre los eventuales resultados que surjan en tal sentido en la reunión de Montreal, prevista para el próximo diciembre, del Acuerdo General sobre Tarifas y Aranceles (GATT).En el tema de la deuda, cuestión que ha centrado las discusiones del encuentro de Berlín debido fundamentalmente a la estabilidad que viven los mercados cambiarios mundiales, el director gerente del FMI defendió la actual estrategia caso por caso, si bien se hizo eco de las propuestas presentadas en la reunión para "fortalecerla lo más posible" a fin de encontrar una solución duradera. Muchas de estas voces, entre ellas la de España, han solicitado una condonación parcial de la deuda de los países en desarrollo. Por su lado, Barber Conable reiteró su propuesta para acabar con la miseria y pobreza en el mundo y negó que sus deseos fueran retóricos.
Actos paralelos
Las reuniones del FMI y Banco Mundial han coincidido con una serie de actos paralelos organizados por foros de pensamiento alternativos y por organizaciones de izquierda y cristianas que han aprovechado los encuentros financieros berlineses para atacar al FMI y Banco Mundial. Quizá el más llamativo ha sido el proceso abierto al FMI y Banco Mundial por el Tribunal Basso, bautizado así en memoria del senador italiano que lo fundó en 1978 siguiendo el ejemplo del Tribunal Russell. Durante cuatro días, expertos y políticos de varios continentes expusieron argumentos en favor y en contra de la política del FMI ante un jurado formado por dos premios Nobel (el argentino Adolfo Pérez Esquivel y el norteamericano George Walde), el escritor uruguayo Eduardo Galeano y el ex obispo de Cuernavaca, Sergio Méndez. El veredicto del jurado, hecho público ayer en un escrito de más de 40 folios, condena las políticas de los dos organismos mundiales, por estimar que atentan contra los principios de la carta fundacional de Naciones Unidas y de sus propios estatutos, y considera a la Administración norteamericana culpable y corresponsable de la perpetuación de un sistema financiero internacional que degrada la dignidad de los pueblos del Tercer Mundo, al imponerles condiciones inaceptables e insoportables en los créditos. En la misma bandeja sitúa a los regímenes dictatoriales de muchos países, que han utilizado el dinero concedido para el desarrollo en gastos armamentistas.El tribunal considera moralmente aceptable que los países en desarrollo repudien el pago de la deuda y les propone que declaren una moratoria unilateral hasta que los organismos mundiales revisen sus políticas. Estiman que en los países en desarrollo existe "un actual estado de necesidad" y justifica medidas que deriven en la ignorancia de sus obligaciones financieras.
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