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La policía de Gibraltar acusa a la española de vetar el testimonio de un agente

El juez Félix Pizzarello, que dirige la investigación en Gibraltar por la muerte de tres terroristas del IRA a manos de agentes del SAS, ha dado un último plazo, que concluye en la mañana de hoy, para que un policía español testifique ante el jurado, a fin de aclarar las condiciones en las que se efectuó el seguimiento del comando en la Costa del Sol. En la sesión de ayer, el detective jefe de la policía de Gibraltar, Manuel Correa, aseguró que las autoridades españolas han vetado la presencia de un funcionario de la comisaría de Málaga, a pesar de que el policía español había mostrado en diversas ocasiones su predisposición a declarar.

Pocos días antes de que fuera convocado, el funcionario alegó que había recibido una orden de sus superiores vetando su presencia.Fuentes oficiosas del Gobierno de Gibraltar señalaron ayer que en los contactos que sobre esta cuestión se habían mantenido a mediados de la semana pasada, la Administración española había mostrado un espíritu de absoluta colaboración y que la actitud cambió a partir de ese fecha sin que se dieran explicaciones.

El último intento para que el policía español declarase se realizó, según Correa, el lunes. Ese día un detective de Gibraltar apellidado Gómez viajó hasta Málaga con un requerimiento firmado por Pizzarello. La respuesta del policía de Málaga, cuya identidad no fue revelada ante el tribunal, volvió a ser que órdenes superiores impedían su presencia.

La policía de Gibraltar contaba, sin embargo, con una declaración firmada por el policía en la que expresaba su deseo de comparecer y explicaba las circunstancias en las que se produjo el seguimiento del comando terrorista en territorio español. La lectura de esa declaración ante el tribunal fue vetada ayer por el abogado de la Corona, John Laws, que argumentó que no era procedente si posteriormente no se podía interrogar al testigo bajo juramento. Sí se leyó en cambio el informe en el que la policía española narra la localización en Marbella del automóvil que contenía los explosivos.

El malestar por la falta de colaboración española era ayer patente en el tribunal. Diversas fuentes señalaron que el cambio de actitud por parte de España coincidió con la visita a Madrid de la primera ministra británica, Margaret Thatcher. El testimonio del policía español vendría a dilucidar una cuestión clave: si la falta de información por parte española desencadenó una operación precipitada que concluyó con la muerte a tiros de los tres terroristas del IRA, cuando éstos ni iban armados ni habían introducido explosivos en Gibraltar.

Correa aseguró ayer que en la primera fase de la investigación no hubo una colaboración clara por parte española, y que ésta cambió después de que el fiscal general de Gibraltar firmara el 26 de marzo un requerimiento. El propio Correa viajó en varias ocasiones a Málaga para recabar datos de las autoridades españolas.

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Si finalmente se produce hoy la declaración del policía español será el último testigo que suba al estrado. Pizzarello afirmó al término de la sesión de ayer que el viernes concluirá la investigación. A partir de ese momento, el jurado, compuesto por 11 personas, entrará en fase de deliberación para adoptar un veredicto con tres alternativas posibles: el inicio de un proceso criminal, la declaración de que las muertes se realizaron dentro de la legalidad, o la adopción de un veredicto abierto, que dejaría las cosas como al principio.

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