Concesiones españolas a EE UU para cerrar el convenio de defensa
FERNANDO JÁUREGUI, ENVIADO ESPECIALEl nuevo convenio defensivo entre España y Estados Unidos supedita "la introducción, almacenamiento o transporte de armas nucleares por territorio nacional" al "consentimiento del Gobierno español". EE UU admite el tema de la "introducción" principal punto en litigio que quedaba para ultimar el texto, mientras que España se compromete "por escrito a no inspeccionar la carga de los buques militares norteamericanos que atraquen en puertos españoles". El nuevo tratado fue acordado anoche en Nueva York entre el ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, y el secretario de Estado norteamericano, George Shultz.
El nuevo acuerdo de cooperación defensiva entre ambos países, que sustituye al suscrito en 1982, se firmará en octubre. El tratado, que será posteriormente enviado a las Cortes Españolas para su ratificación, durará ocho años.También han quedado solucionados, de acuerdo con los deseos españoles, según explicó Fernández Ordóñez, los otros dos puntos que retrasaban el final de las negociaciones: el estatuto a aplicar a los militares norteamericanos presos en España y la determinación de a quién corresponde la contratación de obras. Será la legislación española la aplicable a los presos y corresponderá a España la contratación de obras.La cuestión que ha mantenido estancadas las negociaciones en los últimos meses era la oposición estadounidense a que el texto señalase que sería decisión española la "introducción" de armas nucleares en territorio nacional. Washington, finalmente acepta que el texto quede redactado como sigue: "La introducción, almacenamiento o transporte de armas nucleares por territorio nacional quedarán supeditados al consentimiento del Gobierno español. Sin embargo, la cesión por parte americana en este punto se ve muy matizada por el hecho de que, por primera vez, y para compensar la inclusión del término "introducción" (el convenio de 1982 sólo hablaba de almacenamiento y transporte), España se compromete por escrito a no inspeccionar la carga de los buques militares de Estados Unidos que atraquen en puertos españoles.Pasa a la página 20
"Ambas partes han hecho concesiones", según los negociadores
Viene de la primera páginaFernández Ordóñez justificó la concesión respecto a los barcos alegando que "es práctica común en los países atlánticos no preguntar a los aliados".
Fuentes de los dos países admitieron que "ambas partes han hecho concesiones" para poder llevar a feliz término unas negociaciones que se prolongaban desde hace nueve meses y hacían peligrar el "buen clima de entendimiento" hispano-norteamericano.
La política nuclear española quedó definida por las Cortes en octubre de 1981 cuando el Congreso concedió autorización al Gobierno de UCD para negociar la integración española en la OTAN. La declaración desnuclearizadora afirmaba que "en el proceso de negociación posterior a la adhesión encaminado a articular a España dentro del esquema defensivo de la Alianza, el Gobierno no aceptará compromisos que impliquen el almacenamiento o instalación de armas nucleares de la Alianza en nuestro territorio. En cualquier caso, cualquier decisión sobre esta materia requerirá la previa autorización de las Cortes Generales".
El referéndum de 1986 sobre el ingreso español en la OTAN completaba la definición al incluir entre los términos de la pregunta sometida a consulta que "se mantendrá la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español". El mantenimiento en la Alianza quedó ligado también con "la reducción progresiva de la presencia militar de los Estados Unidos en España".
El encuentro con George Shultz y la aceptación por parte norteamericana de los términos españoles en los tres puntos que aún permanecían en litigio, supone prácticamente el fin de las negociaciones paralelas que España mantenía en el terreno de la seguridad militar, dada la ya práctica aceptación de nuestro país como miembro de la Unión Europea Occidental (UEO) y la muy probable luz verde de la OTAN a los planes de contribución militar presentados por España.
Pese a su artículado próximo al centenar de apartados, el nuevo convenio será algo más reducido que el de 1982, dado que excluye los aspectos culturales y científico-técnicos en la cooperacion, cuestiones que figurarán en otro convenio diferente, que ahora comenzará a negociarse en profundidad.Los textos español e inglés del nuevo convenio serán cotejados en una última reunión que ambas delegaciones negociadoras mantendrán a comienzos de octubre, tras lo cual, una vez firmado el texto será enviado a las Cortes para su debate y aprobación. Todo hace pensar que el nuevo convenio podrá estar en vigor antes de que comience 1989 y, por tanto, todavía durante el mandato de la Administración de Ronald Reagan.
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