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La Seguridad Social financiará sólo un 15% de los presupuestos de la asistencia sanitaria

Los ministerios de Sanidad, Hacienda, Trabajo y Administraciones Públicas han consensuado ya el nuevo modelo de financiación de la asistencia sanitaria, según un alto cargo de la Administración. El esquema forma parte del borrador de Presupuestos Generales del Estado para 1989 y su aprobación ya sólo depende del Consejo de Ministros. La fórmula consagra un sistema mixto de financiación: el 83% de la misma provendría de los impuestos, y un 15%, de las cuotas de empresarios y trabajadores a la Seguridad Social, más un 2% de ingresos por cobro de servicios. El presupuesto de asistencia sanitaria para 1989 es de un billón y medio de pesetas -1.574.005 millones-, con un aumento del 16,6% sobre 1988.

Altos cargos del Ministerio de Sanidad no ocultaban ayer su satisfacción ante el importante aumento de los presupuestos de asistencia sanitaria y el modelo de financiación pactado."El Ministerio de Sanidad tenía las funciones de coordinación de la política sanitaria y de alta inspección. Ahora tiene la que le faltaba: la financiación". Añaden que esto permitirá a Sanidad hacer una política sanitaria más coherente en todo el territorio nacional, y evitar su imposibilidad actual de ajustar la financiación a sus proyectos y necesidades.

Estas fuentes estiman que .es poca" la discrecionalidad que tendrá Sanidad para redistribuir sus presupuestos entre las comunidades, pues el reparto se hará por criterios de coste efectivo y población protegida. Este alto cargo no duda que con estas dos medidas "la Sanidad se configura como una de las prioridades del Gobierno para 1989". No en vano, el presupuesto de asistencia sanitaria aumentará en 223.000 millones de pesetas. El Ministerio de Sanidad, que hasta ahora tenía unos presupuestos en tomo a los 30.000 millones de pesetas, recibirá en 1989 con este nuevo modelo 1,3 billones más en su sección presupuestaria.

Trabajo, un billón menos

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Paralelamente se le retira al Ministerio de Trabajo una par tida similar que venía aportan do año tras año a la Seguridad Social para que ésta lo gastara en sus diversos frentes, con lo que, según las citadas fuentes el gasto sanitario, en ocasiones, tenía un carácter subsidiario. De añadidura, la cifra que el Estado a través de Trabajo venía dando a la Seguridad Social, que superaba con creces el billón de pesetas, se ha ido aproximando en los últimos años al gasto del Insalud.

Otra razón de la reforma, según uno de sus promotores, es que el ciudadano en el futuro tenga "conciencia fiscal" de lo que cuesta la asistencia sanita ria y lo que paga, vía impuestos, por ello. Y "si desea pedir nue vos servicios, debe saber que deberá pagar más impuestos". Según estas fuentes, el desdibujamiento actual no permitía a los usuarios saber quién costeaba la asistencia sanitaria.

Que se haya optado por un sistema mixto, de impuestos más cuotas, frente a una financiación a través sólo de los Presupuestos Generales del Estado evita, según fuentes de la Administración central, el planteamiento de problemas por comunidades autónomas que no tienen el Insalud transferido y se podrían ver alentadas a ello. Con este sistema, Sanidad entrega el dinero a la Seguridad Social para que lo transfiera al Insalud, que a su vez lo reparte en su territorio de gestión directa, y a los cuatro servicios de salud transferidos (Euskadi, Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía). Hasta ahora, la asistencia sanitaria se financiaba básicamente por la Seguridad Social, que se nutría en una cuarta parte con financiación directa del Estado y el resto a través de cuotas.

Prioridades en el pago

El problema, según las fuentes consultadass, es que estos ingresos no tenían una finalidad precisa y, en consecuencia, la Seguridad Social podía dar prioridad al pago de unos gastos sobre otros. La nueva fórmula se estima que reducirá las dilaciones en el pago que a veces se producían y asegurará que este dinero se gaste en asistencia sanitaria.

Impulsores de esta reforma afirman que ningún departamento planteó nunca que la asistencia sanitaria se financiase sólo por impuestos, por juzgar que el modelo de Seguridad Social es más "realista" y evita problemas competenciales. Para esto último, el Gobierno central se basa en varios informes jurídicos favorables.

En el Ministerio de Trabajo niegan cualquier reticencia al modelo, a pesar de que pierden una partida presupuestaria de más de un billón de pesetas, e indican que esta fórmula la habían apuntado en el documento base elaborado por este departamento sobre la reforma de la Seguridad Social abordado por la comisión tripartita del Acuerdo Económico y Social en 1985. También indican que este organismo mantendrá las jubilaciones y, salvo futuros cambios, las pensiones asistenciales (a personas necesitadas que no han cotizado).

Un millón de beneficiarios más y cartilla individualizada

La reforma del modelo de financiación de la asistencia sanitaria va ligada a la extensión de la misma a un millón más de personas a lo largo de 1989, medida cuya entrada en vigor dependerá exclusivamente de las dificultades burocráticas para su puesta en marcha. Su inclusión se estima que costará 17.000 millones de pesetas.Estos nuevos beneficiarios serán las 300.000 personas que no tienen recursos y están atendidas por la beneficencia municipal y las 700.000 que carecen de medios y de toda cobertura sanitaria.

En suma, el 98,9% de los españoles estará cubierto por la sanidad pública. El 1,1% restante (unas 450.000 personas) que hoy permanece fuera del Sistema Nacional de Salud y que tiene suficientes recursos -altos rentistas, empresarios o profesionales liberales- seguirá, en principio, en igual situación. Deberá pagar por servicio efectuado a precio de mercado y se estudian otras fórmulas para el futuro, como la adquisición de una cartilla especial.

La sustitución de la cartilla colectiva de la Seguridad Social por una tarjeta individual es otro de los cambios que Sanidad desea impulsar dentro de esta reforma para 1989.

Con ello se garantiza el acceso al sistema sanitario de todo español, con independencia de su edad, situación laboral o legal, y se posibilita una mayor información sobre el historial del individuo y un control informático sobre cifras de demanda en cada punto. Esto último servirá para realizar una mejor asignación de recursos humanos y materiales y de fondos.

Medida progresista

En Sanidad se entiende que la implantación de la cartilla individual para acceder al Sistema Nacional de Salud es una medida progresista, ya que evitará la actual dependencia respecto al titular de la cartilla, lo que en casos de separaciones o divorcios o de hijos que se desean independizar entraña no pocos problemas. De los presupuestos de Sanidad para 1989 se pretende que 79.000 millones de pesetas vayan destinados a inversiones, fundamentalmente,en equipos de diagnóstico, que servirán para reducir las listas de espera.

En el territorio que gestiona el Insalud, se prevé poner en servicio 150 equipos de atención primaria, abrir cuatro hospitales y crear 1.200 camas hospitalarias. Fuentes de Sanidad apuntan que aún no han estudiado con detalle el aspecto de las tasas para moderar el uso de los servicios sanitarios, aunque esta cuestión se estima que podría plantearse aunque no con un carácter urgente.

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