Un colectivo minoritario de invidentes crítica la política social de la ONCE
Miembros de la Candidatura Sindical de Izquierdas (CSI), que en las pasadas elecciones de abril de 1986 a la dirección de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) afirman que alcanzaron un 10% de los votos, iniciaron ayer un encierro en el número 93 de la madrileña calle de Atocha para hacer patente su disconformidad con la política seguida por la organización. Esta protesta discurrirá paralela a la Asamblea de la Unión Mundial de Ciegos, que se desarrolla esta semana en Madrid.
En concreto, Fernando Riera, portavoz de CSI, afirmó que la dirección de la ONCE "se está dedicando a la promoción de la venta del cupón como actividad profesional exclusiva para ciegos y minusválidos, en lugar de favorecer la integración en el mercado laboral normal". Riera asegura que de los 12.500 ciegos en situación de trabajar, sólo 397 trabajan fuera de la ONCE, y censura que de los puestos administrativos de la ONCE sólo un 16,8% lo cubren invidentes.Riera estima que la organización tampoco cumple los objetivos que proclama su publicidad en cuanto a. beneficios sociales y culturales. Así, el portavoz de estos ciegos disidentes afirma que el 60% de los afiliados de la ONCE son analfabetos, y asegura que el 94% de ellos, sea por ignorancia o porque los locales están muy centralizados, no tienen acceso a los servicios culturales de esta organización.
Minoría privilegiada
La conclusión para Riera es clara: "Hay una élite muy minoritaria que está, condiciones muy favorables, la gente que acapara el aparato de la ONCE, con sueldos superiores al medio millón de pesetas brutas mensuales, y luego está la inmensa mayoría, en las citadas condiciones". "Y esa minoría para mantener el estatus tiene que mantener la venta del cupón. Y los de abajo para sobrevivir tienen que vender el cupón, y al meterse en este tinglado ya no puden buscar su integración laboral normal". Riera ve en ello una "complicidad del Estado".La CSI censura la campaña de proyección externa de la ONCE con operaciones como "realizar una réplica de las cuevas de Altamira, patrocinar los conciertos de Bruce Springsteen, invertir 100 millones en acciones del Diari de Barcelona y subvencionar con 150 millones las fiestas de San Isidro".
Riera apostilla que una empresa que ingresa anualmente "más de un cuarto de billón de pesetas por venta de cupón y no cubre las necesidades para las que está destinada, debe ser revisada y replanteada a fondo". La dirección de la ONCE declinó ayer comentar estas críticas.
Por otro lado, el jeque de Arabia Saudí Abdullah M. Al-Ghanim, presidente de la Unión Mundial de Ciegos, destacó ayer el hecho de que el 80% de los ciegos viven en países no desarrollados, y aseguró que esta enfermedad podría evitarse en buena parte en esas naciones con ayudas para desarrollar una medicina preventiva.
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