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El Ayuntamiento da un nuevo plazo al colegio St. Michael's para legalizar su grave situación

La Junta Municipal de Moncloa ha dado un nuevo plazo a los propietarios del colegio privado St. Michael's, hasta el 1 de julio de 1989, para que realicen las reformas necesarias que permitan legalizar la gravísima situación del centro, ampliado sucesivamente desde 1973 sin licencia municipal y en el que se han detectado irregularidades contrarias a las normas sanitarias e higiénicas. Los técnicos municipales están sorprendidos por el contraste entre la buena calidad de la enseñanza impartida en el centro y las lamentables condiciones del mismo.

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La buena reputación del cuadro de profesores del St. Michael's ha hecho que el número de alumnos inscritos haya crecido sin parar en los últimos años, hasta los aproximadamente 1.200 alumnos que reúne hoy. El colegio, situado en el 96 de la avenida de la Victoria, es mixto y bilingüe, y los niños pueden estudiar desde preescolar hasta los últimos cursos de BUP y COU. El crecimiento del número de alumnos ha hecho que la dirección del centro, sin pararse en barras, optara por la ampliación de las instalaciones. Hoy, el St. Michael's está repartido en el edificio principal, con varios anexos que ocupan todo el espacio antes libre de la parcela, y en dos chalés cercanos que hubo que alquilar para dar cabida a los nuevos alumnos.Ayer, técnicos municipales de la junta municipal procedieron a precintar la caldera del circuito de calefacción del segundo pabellón, y advirtieron que hoy, jueves, se precintarían cinco aulas del segundo piso del mismo pabellón, así como otras dos calderas de otro edificio del complejo escolar.

"No hemos cerrado hoy (por ayer) las aulas", afirmó el concejal de la Junta Municipal de Moncloa, Joaquín García Ponte, .., porque era muy violento desalojar a los niños de las clases. Por la misma razón, y por evitar que un millar de niños se queden sin colegio ahora que acaba de empezar el curso, la junta ha decidido dar un nuevo plazo, hasta el 1 de julio de 1989, para que legalicen la situación del centro. Si para entances no lo han hecho, ese día se cierra el colegio, y que luego no vengan diciendo que no han tenido tiempo". El concejal añadió, que, dada la magnitud de los desaguisados cometidos, era difícil que se pudiera legalizar todo.

Ayer, un reducido grupo de padres y madres de alumnos se encontraban a las puertas del colegio, esperando a ver si los técnicos municipales clausuraban las aulas. Todos ellos afirmaron que se habían enterado de la amenaza de cierre por la Prensa.

"La verdad es que la educación que dan a los niños es muy buena, y se nota en múltiples detalles", declaró a este periódico el padre de una niña de tres años, que hace preescolar. Lo único que no tiene son instalaciones deportivas, pero eso tal vez sea un problema menor, porque por aquí la gente tiene un nivel de vida elevado, y los chicos pueden practicar deportes en sus urbanizaciones o en sus propios chalés".

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Las mensualidades que pagan los niños oscilan entre las 25.000 y las 30.000 pesetas. En la mañana de ayer, mientras los técnicos municipales hacían una de sus visitas de inspección, fuentes de la dirección del centro rechazaron hacer cualquier tipo de declaraciones. Acabada la visita de los técnicos, el director del centro, Gerardo Pérez Jiménez, afirmó que no pasaba nada, y que los problemas se limitaban a instalar una escalera de emergencias.

Desobediencia civil

"Desde 1973, en que se dio al colegio licencia de academia", explicó el presidente de la Junta Municipal de Moncloa, el socialista Joaquín García Ponte, "se han construido nuevos pabellones, se han levantado pisos superiores, se han instalado sistemas de calefacción con calderas y depósitos de gasóleo, se han construido comedores con sus correspondientes cocinas y se han hecho multitud de obras menores, y todas ellas sin licencia". El primer expediente sancionador se abrió en 1984, por la Gerencia Municipal de Urbanismo.Los problemas no son puramente urbanísticos. Técnicos de Industria y Sanidad han advertido irregularidades graves en materia de seguridad e higiene, como algunos puntos en que la instalación eléctrica es defectuosa, la inexistencia de extintores de incendios y de bocas de agua para estos casos y una cierta cochambrez advertida anteriormente en las cocinas, solucionada hoy mediante obras que, comentaban los técnicos con ironía, "como es habitual, se han hecho sin licencia". El comedor de los niños de preescolar es simplemente una especie de barracón adosado a una pared del chalé, cuyas habitaciones se han convertido en aulas.

"Uno de los fallos advertidos es que la escalera que da acceso al segundo piso es muy estrecha, y no permitiría una evacuación en condiciones en caso de peligro. El desparpajo de la dirección llega al extremo de que ahora están construyendo una escalera más amplia, y, tampoco han pedido licencia, por supuesto", afirmó García Ponte.

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