El cuento de nunca acabar
Las asociaciones del taxi han sido las primeras en denunciar los abusos de sus compañeros de Barajas y han pedido al Ayuntamiento dureza en la tramitación de las sanciones. Fuentes de la Asociación Gremial insistieron en que "casi siempre son los mismos los taxistas que trabajan en Barajas". Fuentes de la Policía Municipal afirmaron también que hay algunos taxistas "que son perfectamente conocidos" y acumulan muchas sanciones.Periódicamente se suceden épocas en las que las irregularidades son particularmente graves y obligan a tomar medidas más severas. En septiembre de 1977, el Ayuntamiento anunció que había multado a 107 taxistas por cobrar tarifas desproporcionadas. En julio de 1978 fueron multados 220 taxistas en sólo un mes. En septiembre de ese año se creó una brigada especial de la Policía Municipal para controlar las irregularidades observadas. En agosto de 1980, las autoridades municipales anunciaron de nuevo medidas especiales para proteger a los viajeros.
En agosto de 1983, 15 taxistas reincidentes vieron retiradas sus licencias por los abusos cometidos; y en febrero de 1984, el Ayuntamiento repartió, no sólo en Barajas, sino también en Chamartín, Atocha y en las estaciones de autobuses, 100.000 folletos informativos a los viajeros, especialmente a los extranjeros, sobre las modalidades del servicio y las tarifas máximas que les podían aplicar.
En marzo de 1988, el jefe de la sección de taxis del Ayuntamiento, Ricardo Escaso, fijó en un promedio de 170 las denuncias que se recibían mensualmente contra este sector, y por las mismas causas que en el pasado: cobro abusivo, negarse a cargar viajeros, entrar en las salas del aeropuerto a cargar clientes, etcétera.
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