Picaresca en el aeropuerto
27 taxis de Barajas han sido precintados por cobrar tarifas abusivas
Un total de 27 taxis, todos ellos de los que habitualmente prestan servicio en el aeropuerto de Barajas, han sido precintados por la concejalía municipal de circulación por irregularidades cometidas por sus conductores, generalmente centradas en el cobro abusivo a los clientes. De las 737 denuncias contra taxistas puestas por viajeros en lo que va de año, alrededor de 200 -casi un 30% del total- se refieren a los taxistas del aeropuerto.
Las denuncias presentadas por viajeros por las irregularidades cometidas por los taxistas de Barajas es un asunto que salta a la opinión pública periódicamente, sin que nadie hasta ahora haya sido capaz de atajar el fenómeno. "La última denuncia", afirmó a este periódico un policía municipal, "fue contra un taxista que cobró 5.000 pesetas por el trayecto desde Barajas al hotel Plaza".Los taxis que llevan a o traen clientes desde el aeropuerto no tienen tarifas especiales, en cuanto a la carrera propiamente dicha, y sí disfrutan de una serie de suplementos. La bajada de bandera es de 90 pesetas, como en cualquier otro taxi. A ello hay que añadirle un suplemento de 150 pesetas, por el mero hecho de coger el taxi en el aeropuerto o tomarlo en dirección al mismo. El viajero puede portar, sin recargo alguno, hasta dos maletines de mano cuyas dimensiones no excedan los 55 centímetros de ancho, 35 de largo y 25 de fondo. Cada maleta pagará un suplemento de 25 pesetas, y los taxistas no están obligados a admitir maletas o bultos de equipaje cuyas dimensiones sean superiores a los 55 centímetros de ancho, 85 de largo y 28 de fondo.
En caso que el cliente haga uso del taxi entre las 11 de la noche a las seis de la mañana, pagará otro suplemento de 50 pesetas. En días festivos pagará otro suplemento de 50 pesetas, si usa el taxi entre las 6 de la mañana y las 11de la noche, de forma que nunca deberá pagar al mismo tiempo los suplementos por días festivos y por nocturnidad. O uno, u otro.
Exigir factura
El número oficial de denuncias, reconoce la Policía Municipal, es menor que los casos de abusos reales, muchas veces porque el cliente no acude a prestar la correspondiente denuncia a las juntas de distrito y otras veces porque, equivocadamente, ponen las denuncias en las comisarías de policía. Aunque las denuncias más graves son las que se refieren a cobro abusivo, se presentan otras muchas por conceptos diferentes, que se pueden englobar en general como trato vejatorio o maleducado hacia el cliente. Los abusos en las tarifas son más difíciles de cortar, porque, lógicamente, no se producen en el inicio del viaje, en el aeropuerto sino al término del mismo: cuando no hay policías delante a los que recurrir. En ese momento, todo depende de la entereza y de los conocimientos del cliente para negarse a ser estafado.Un policía municipal afirmó que lo mejor que pueden hacer los clientes en casos de cobro abusivo es pagar, pero exigiendo la factura, y presentar denuncia con dicha factura como prueba. El cobro abusivo está calificado como falta muy grave, y los reincidentes pueden ser sancionados con la suspensión temporal e incluso con la pérdida de la licencia. De hecho, en los garajes municipales hay ahora 27 taxis precintados por haber acumulado sus propietarios varias faltas graves o muy graves.
Agentes del 092 de la Policía Municipal prestan servicio continuamente en el aeropuerto, lo que ha permitido acabar con una de las prácticas más habituales años atrás: la de abordar al viajero recién llegado en las mismas salas interiores del aeropuerto para evitar guardar la cola. Existe la picaresca contraria: negarse a llevar clientes que el taxista estime que no le van a dejar un beneficio apreciable; cobrar suplementos abusivos por número de maletas; cobrar por número de viajeros; no llevar los bultos del equipaje en el portamaletas, sino en los asientos destinados sólo a los clientes, e incluso negarse con cualquier pretexto a hacer el viaje cuando el trayecto requerido por el usuario es corto.
Las asociaciones del sector tienen calificados a los taxistas especializados en el aeropuerto como los menos recomendables de la profesión. El secretarío general de la Agrupación de Trabajadores Autónomos del Taxi (ATAT-UGT) y el presidente de la Asociación Gremial del Taxi coincidieron en señalar al Ayuntamiento como el culpable último de la situación por no poner una vigilancia eficaz que ataje "los abusos del aeropuerto, que desprestigian a todo el sector". Ambos coincidieron en afirmar también que "los de Barajas son una minoría entre los 15.000 taxistas madrileños, y que muy pocos de ellos están sindicados".
Un negocio rentable
"Nosotros", añadió el portavoz de la Asociación Gremial, "expulsamos del sindicato a dos de ellos, que sabíamos que abusaban en el cobro y que eran reincidentes".El servicio de taxis en el aeropuerto es un negocio rentable. El miércoles, una larga fila de vehículos esperaba la salida de viajeros en la terminal internacional. Policías municipales velaban porque no se produjeran incidentes y se respetara el orden de la cola para cargar clientes. Los taxistas son bastante reacios a hablar del tema. Uno de ellos afirma que tal vez haya algún caso en que se haya cobrado de más al cliente, "pero son muy pocos". Otros, simplemente se niegan a hacer declaraciones. No es fácil mantener una conversación, porque la fila va corriendo y los interlocutores desaparecen en pocos minutos. Finalmente, alguien, a quien sus compañeros presentan "como el que más sabe", se lanza a una diatriba generalizada, sin entrar en la veracidad o no de los abusos: "Aquí se cobra simplemente lo que hay que cobrar. El Ayuntamiento lo que debería hacer es proteger el servicio, porque somos un servicio público, ¿o no? Que se vayan a Inglaterra o Francia y verán lo que es bueno. Lo que nadie dice es la cantidad de gente que está chupando de nosotros: Industria, Hacienda, el Ayuntamiento, todo el mundo. Lo siento, tengo que irme. Pregunte por ahí".
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