Dramática contra lírica
Las interpretaciones del Cantar los cantares son muchas. Han costado sangre y prisiones. El autor de teatro Rodríguez Méndez ha encontrado una nueva: la tragedia de la mujer palestina actual, más el homenaje a la mujer en general; y la alabanza y esperanza de la paz (Oratorio semítico por la paz es su subtítulo).Ha respetado la lírica excelsa de fray Luis de León -cuatro años de cárcel- y le ha añadido lo que considera dramaturgia, en colaboración con el director Antonio Gamero. Consiste todo ello en que la actriz Esperanza Alonso vaya de un lado a otro del escenario sacando objetos, escondiéndolos, una y otra vez, en que se oigan tambores entre estrofas y en que Albina Cuadrado cante canciones sefardíes de cuando en cuando y asuma, a veces, algún papel ambiguo como para responder al diálogo que entabla Esperanza Alonso.
El cantar de los cantares
Versión de Fray Luis de LeónEstructura dramática de José María Rodríguez Méndez. Intérprete: Esperanza Alonso. Canciones sefardíes y palestinas por Albina Cuadrado. Voces de Nicolás Dueñas y Antonio Medina. Música de Mariano Martín. Escenografía de Tony Cortés. Vestuario: Pepe Marbel. Dirección: Antonio Gamero. Teatro Albéniz, 31 de agosto.
Las ideaciones del dramaturgo se añaden a las del director, que son -según programa-simbolizar la magia por un supuesto espejo, suponer que un lienzo que representa la tienda de Salomón es un elemento religioso, recordar la lucha de los dos pueblos como base histórica y suponer que al foro está el pueblo judío, el palestino está en el gallinero, y entre ambos, en el procesnio, la Tierra.
Nada de esto surte efecto. Es una considerable confusión de tiempos -la guerra actual, Sefarad, Salomón y la reina de Saba-, de movimientos y de agitaciones. La dramática tiende aquí a destruir la lírica, y lo consigue uniéndose a las escasas condiciones acústicas del teatro, lo cual perjudica a la bien dotada actriz Esperanza Alonso y a la buena cantante Albina Cuadrado. Hubiera tenido más valor, incluso teatral, el recitado de fray Luis de León con su única escritura. A los tibios aplausos salieron las dos intérpretes y autor, músico, escenógrafo...
Babelia
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