_
_
_
_
Entrevista:

Retrato del artista como tullido voluntario

Mickey Rourke presenta en París 'Homeboy', una película casi autobiográfica

Mickey Rourke está en París promocionando Homeboy, su filme. Jóvenes fans vestidos con ropas de cuero montan guardia en el hotel Raphaël, libreta de autógrafos en mano. Arrellanado en una de las poltronas de terciopelo rojo del pequeño salón, mechón rubio y tez pálida, Rourke no tiene buen aspecto. Lleva dos enormes anillos en forma de calavera en la mano izquierda y un tatuaje multicolor en el pulso. Murmura un buenos días exagerando una reverencia cómica. Pero su voz es dulce, y su mirada, verde avellana, cautivadora.

Pregunta. Se escucha la palabra homeboy en Colors, el filme de Dennis Hopper sobre los gangs, ¿por qué eligió este título?Respuesta. Es una palabra que tengo en la cabeza desde hace tiempo. Se usa para designar a un tío que vive en el mismo barrio o a alguien que te es cercano. En el filme, Walken y yo somos homeboys, dependemos uno del otro, nos tenemos confianza, tonteamos juntos. Evidentemente, usted no va a oír a los peces gordos de Beverly Hills llamarse homeboy entre ellos. A menudo oigo gen te que me dice: Mickey, tú eres mi homeboy. Pero eso no implica que esa palabra forme parte de mi vocabulario.

P. Este filme es su bebé, lo llevó dentro durante 10 años.

R. Mi bebé y mi monstruo. Cuando uno se lanza en este tipo de cosas es seguro que el resultado nunca será el 100% de lo que se había esperado. Mi principal preocupación, dado el presupuesto de que disponíamos, era conservar la integridad de la historia, funcionara o no. Si logré mi meta al 65%, podría seguir mirándome al espejo. Y creo haber llegado a ese resultado.

P. ¿Por qué se empeñaba tanto en contar esta historia?

R. Lo que me impulsó fue el miedo de convertirme un día en algo como un Johnny Walker. Era casi un ídolo para mí; pero, cuando empecé a recibir golpes de verdad, me dice: mierda, tienes 18 años y esto puede durar todavía por lo menos otros diez. Dejé de boxear cuando el médico me aconsejó interrumpir durante seis meses, justo cuando iba a pasar a ser un profesional. Yo no estaba muy disciplinado a esa edad.

P. ¿Qué le pareció más duro, el cine o el boxeo?

R. ¿Sinceramente? El boxeo es más honesto.

P. ¿Es también más peligro so para la salud?

R. Sí, seguro, pero de eso se podría hablar durante días. Yo me entrené en el mismo gimnasio que Alí durante seis años y lo recuerdo de cuando era hermoso, se movía rápido. Ahora le cuesta caminar y dar los buenos días. No sé hasta qué punto quedé afectado y prefieron pensar que mi cara está intacta. Le llevé fotos de un boxeador a un neurólogo y le pregunté por qué tenía esa cabeza extraña. Me contestó: vea el maxilar deformado, es un comienzo de parálisis facial, uno de los primeros signos de parálisis facial, síntoma inicial de lesión cerebral. Yo, no tenía eso, pero decidí utilizarlo para el filme. Recordé que, cuando yo miraba a Johnny, cuando yo era un chaval, me daba miedo. Había tipos mucho más reventados que él, más impresionantes, pero él impactaba. Todas esas pelícu las sobre boxeo siempre hablan de grandes campeones...

P. ¿Por qué a él se lo muestra vestido de cow-boy?

R. Quería que tuviera el as pecto de un puro. Pero el verdadero Johnny no iba vestido así. Era yo quien se vestía de cowboy cuando iba a la escuela. En esa época yo era inocente. No sabía cómo vestir a Johnny y un día se me ocurrió eso de cowboy y el director me dijo: ¿qué es ese tipo de western, era un pederasta tu Johnny o qué? ¿Tú vestías así? Me fastidió y dije que sí. Después reflexioné y comprendí por qué, instintivamente, yo había elegido esa vestimenta. De todos modos, Johnny venía de un lugar donde todo el mundo se vestía así.

P. ¿Cómo elaboró la ambientación del filme?

R. Quería que se pareciera a la vida. Cuando estuve en Miami tuve problemas con la policía, pero yo nunca hubiera pensado en escapar. Cuando hacíamos la película, traté de recrear esos momentos en que uno tiene un poco de miedo y dice: ¡eh! yo sé que a pesar de todo no vas a disparar sobre mí. Era una situación bastante delicada y espero haber logrado comunicarla. Claro, no todos piensan como yo. O comprenden lo que quise decir o no lo comprenden. La mayoría de los filmes de ahora explican todo, quién es el héroe y qué es lo que va a hacer Me pusieron tres personas para que escribieran el guión conmigo, pero yo sabía que, ante todo, era mi filme.

P. ¿Le costó mucho encontrar el dinero?

R. Muchísimo. Con mi nombre, es difícil encontrar pasta en Estados Unidos. Acabo de empezar un filme con Walter Hill pero, antes de venir a proponérmelo, habían visto seis actores. Desde que me enfrenté a Samuel Goldwyn junior en Cannes, mi nombre es mierda en Estados Unidos. Tom Cruise no tendría ningún problema en encontrar veinte millones de dólares para hacer un filme. Yo tuve que mendigar como un perro para encontrar seis o siete millones para realizar Homeboy. Y, hasta ahora, no toqué ni un céntimo. Si el filme funciona, tendré dinero. Hice un pacto con el diablo.

P. Usted hizo actuar a su mujer Debra Feuer. ¿Era su idea desde el inicio?

R. Yo quería hacer Homeboy desde hace muchos años Cuando ella me mantenía por que yo no tenía trabajo, le dije: un día yo haré ese filme y tú trabajarás en él. Tuvimos altos y bajos y le hice montones de promesas, a ella y a otros, que no pude cumplir. Pero ésa me había propuesto cumplirla. Si no, yo no habría hecho el filme Estoy muy orgulloso de que ella esté en Homeboy; ahora podré dejar este oficio con la cabeza en alto diciéndome: al menos, hice algo.

Deformaciones

P. ¿El rodaje fue fisicamente duro?R. Sí, pero era gratificante, se estaba en forma y yo debía mejorarme día por día, porque los boxeadores estaban mucho mejor que yo. Tuve que adelgazar; había engordado mucho después de dos meses en París manducando como un chalado. Me llevó un año y medio.

P. Pero, bueno, en Barfly se rompe un diente y está obeso, en Homeboy está imposible de mirar. ¿Por qué se hace eso?

R. Ser actor es una profesión demasiado narcisista como para no arriesgar esos desafíos. Ese tipo de actitudes me hace explotar. Si no me arriesgo a ser horrible...

P. Sí, pero eso llega hasta la obsesión. Usted decidió mostrarse con el aspecto más desagradable posible.

R. Pero no, es fácil hacer ese tipo de cosas, incluso un poco ramplonas, pero creo que voy a volver a empezar aún si todo el mundo encuentra que me parezco cada vez más a Bukoswski. De todos modos, me importa un pimiento mi imagen en la pantalla. Hago filmes para mí. ¿Quién es el público? Bueno, de acuerdo, bien que me gustaría hacer una película donde yo estuviera encantador, pero debería ser un filme muy interesante. No es probable, no abundan. En mi próximo filme, Johnny Handsome, el de Walter Hill, yo interpreto el papel de un hombre completamente deformado.

P. ¡Usted está chalado!

R. Es un tío que es tan feo que hay que operarlo: además, es un ladrón. Comienzo dentro de un mes en Luisiana. Será el último, porque todos están hartos de verme hacer esas cosas. Yo creo que tenía que pasar por esta fase de fealdad antes de hacer otra cosa: Johnny Handsome será la última etapa. Pero en el filme que yo esto preparando sobre las motos, estaré muy hermoso.

P. Otra cosa, su voz es muy célebre y usted dice un máximo de diez frases en el filme...

R. Espere, si usted tiene que vivir en los rincones más jodidos del planeta, o si vive en la jungla rodeado de animales salvajes, ¿qué es lo que hace?

P. ¡Me pelo a mano limpia!

R. No, primero hay que observar sin decir nada. Johnny presta atención antes de abrir la boca, probablemente porque ya recibió cierto número de bofetadas por abrirla sin ton ni son siendo niño. A mí me gustaría hacer un filme en el que yo no dijera una palabra.

P. ¿Y el Actor's Studio?

R. Por lo pronto, no existe más. Aproveché los dos últimos años de Strasberg. Pero caí en esa escuela por casualidad y, felizmente, no le conocía la historia. Primero me inscribí en la escuela a la que habían ido Steve McQueen y Charles Bronson. Pero era demasiado cara. En esa época yo no sabía quiénes eran Marlon Brando o James Dean. Y era sobre todo muy fan de Errol Flynn.

P. ¿Le dio mucho trabajo ponerse en la piel de san Francisco de Asís para el filme de Liliana Cavan¡?

R. Digamos que era un desarío para mí, porque yo soy más bien urbano. La pasión de Cavan¡ se apoderó de mí durante el rodaje; adoro a esa mujer y estoy impaciente por volver a trabajar con ella. De entrada me atraía y todo lo deja caer. Bye, bye! Me gustaría hacer eso, pero cuando esté pronto. Decidí mi llegada a este oficio y decidiré mi salida.

[PU] copyright LIBERATION

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_