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Una torre de Babel vigila la frontera

Problemas materiales dificultan la labor de la fuerza de la ONU en el Golfo

Ángeles Espinosa

El Grupo de Observación Militar Irán-Irak de las Naciones Unidas (UNIIMOG) carece de equipo humano y material suficiente para garantizar el cumplimiento del alto el fuego entre esos dos países. Ésta es la principal preocupación de los oficiales de diversas nacionalidades que forman ese cuerpo, según declaraciones formuladas por el capitán noruego Arne Ophus a un grupo de periodistas que visitaron el sector central del frente del lado iraquí.

ENVIADA ESPECIALTan sólo 167 observadores se encuentran por ahora a este lado de la frontera, que se ex tiende a lo largo de 1.200 kilómetros. "En esta zona somos 14 hombres para cubrir unos 150 kilómetros", manifiesta el capitán Ophus, a quien la cifra le parece insuficiente. "Necesitamos más gente en la misma zona al mismo tiempo", señaló también el comandante malayo Abdulmalik Shalirir. El nombre del lugar donde se realiza la entrevista es mantenido en secreto por los militares iraquíes como medida de seguridad. Se trata de algún punto cercano a la frontera en las proximidades de Janequin, provincia de Bakuba, en el sector central del frente. El paisaje es semidesértico y ligeramente montañoso. De momento, los boinas azules se dedican a patrullar por que carecen de los medios necesarios para establecer puntos estáticos de observación. El trabajo de los hombres de la ONU se limita por esa misma razón a las horas de luz solar. Tampoco han llegado los helicópteros, al menos a esta zona. Ayer, los boinas azules iban a reunirse en su cuartel general de Bagdad para estudiar la posibilidad de establecer puntos de observación fijos o de seguir patrullando.

"Intentamos hacernos al terreno y a la gente", dice el capitán Ophus tras los dos primeros días de actuación. El oficial noruego considera que la principal dificultad es el idioma, pero que el trato y la acogida que les han dispensado sus colegas iraquíes es muy bueno. Con la ayuda de un traductor iraquí, tanto Ophus como Shahrir y el resto de sus colegas han hablado con soldados y oficiales para conocer la situación.

El problema de las minas

"La gente está siendo comunicativa", asegura el oficial malayo, "y los oficiales iraquíes son muy educados y amigables". Los boinas azules se alojan en edificios del cuerpo de oficiales del Ejército iraquí, "con aire acondicionado", precisa el capitán Ophus, de 42 años, que se toma con buen humor los más de 45 grados del termómetro. Pese a la enorme diferencia térmica con su país, asegura que está acostumbrado: "Pasé un año en Cachemira en la frontera entre India y Pakistán". El comandante Shahrir ha tenido menos dificultades de adaptación al clima ya que su país, Malaisia, es también cálido. Ambos coinciden, no obstante, en señalar que el principal problema al que se enfrentan son las minas."Tras ocho años de guerra, uno se las puede encontrar en cualquier sitio", asegura el capitán Ophus. Evidentemente, toman precauciones, pero agradecen sobre todo la cooperación de los militares iraquíes, uno de los cuales les hace de guía en sus recorridos.

Otra de las dificultades a la hora de elaborar sus informes es la ausencia de los mojones fronterizos, que marcaban los límites internacionalmente reconocidos entre Irán e Irak. "Han desaparecido", comenta Shahrir, "por lo que no sabemos dónde está la frontera. No obstante, en sus patrullajes han visto las posiciones iraníes en algunos puntos "a no más de 300 o 400 ffietros". Por los binóculos han distinguido a sus compañeros destacados en Irán, con los que no mantienen conversaciones directas, sino sólo a través de la central de comunicaciones que han instalado en Bakuba. El funcionamiento de esta central está garantizado por un grupo de canadienses. En total son 24 nacionalidades las que constituyen este grupo de observación no armado que dirige el general yugoslavo Slavko Jovic.

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Aunque han oído las informaciones sobre un comunicado iraquí en el que se hablaba de un ataque iraní, los dos oficiales muestran gran cautela. "Desde que nosotros llegamos el sábado, a las siete de la mañana aquí no ha habido disparos", recalca Ophus.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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