Exiliados
Con el título de Disculpas, reproducen en la Revista de Prensa de hoy un artículo de The Washington Post que dice: "Un capítulo oscuro de la historia de Estados Unidos acaba de cerrarse honorablemente". Se refiere al internamiento de familias de origen japonés en zonas acotadas, vigiladas y controladas durante la II Guerra Mundial. El Gobierno norteamericano pide disculpas por ese internamiento e indemniza con 20.000 dólares a cada uno de los 60.000 supervivientes de ese internamiento. Mucho antes, al final de la guerra, los Gobiernos europeos indemnizaron con pensiones, cuidados especiales en hospitales, residencias, etcétera, a los prisioneros y víctimas de la ocupación y de la represión.Aquí, en España, aún quedan supervivientes de la represión franquista, ancianos en su mayoría, que recorren las colas de ambulatorios y hospitales en busca de la mitigación de sus dolencias y enfermedades, muchas de ellas contraídas en aquellos duros años. Gran número de éstos han pasado en las cárceles de la dictadura su juventud y gran parte de su vida. Fueron luchadores por la democracia, resistentes activos contra la dictadura y la opresión.
Los Gobiernos de la democracia no los tuvieron en cuenta para nada, ni siquiera han recibido una atención médica especial ni un reconocimiento oficial de su sacrificio... Nada. Y la mayoría socialista en el Parlamento ha rechazado recientemente una proposición de ley para que se les indemnizara. Da pena pensar en la indiferencia de la sociedad española y de sus rectores gubernamentales hacia las personas que más padecieron la represión de la dictadura y que más hicieron también por la reconciliación de las dos Españas: ahí están sus llamamientos desde el fondo de las prisiones.
La literatura sobre los exiliados, los del exterior y los del interior, es mucha; algunos de, éstos -los exiliados- son académicos, senadores, se les ha reconocido su valía, y han sido premiados y condecorados por su labor intelectual y por su amor a la libertad. Tienen el reconocimiento de la España oficial.
Los exiliados más profundos, quienes fueron enterrados en vida en los penales de Burgos, El Dueso, etcétera, quienes no han podido ser literatos ni científicos, gentes sencillas del pueblo, luchadores bontra la miseria y por la 1 1 bertad, ésos no tienen nada.-
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