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CONTAMINACIÓN ACÚSTICA

La mitad de la ciudad de Madrid supera el nivel de ruido admitido internacionalmente

Casi el 52% de las calles de Madrid supera los 70 decibelios de ruido, límite recomendado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Europeo (OCDE) para un tiempo de exposición continua de ocho horas. Esta institución considera que España es el país más ruidoso de Europa, y Madrid, una de las ciudades que más agrede el oído humano. El 80% de esta contaminación acústica procede del millón y medio de vehículos que engrosa el parque automovilístico, según los datos recogidos para la elaboración del primer mapa acústico de Madrid, cuya segunda fase está a punto de concluir.

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Capital del insomnio

Determinados tramos de la calle de María de Molina, con 80,4 decibelios, y el parque del Retiro, con 48,5, son respectivamente los puntos más y menos ruidosos de la capital.Los niveles han de mantenerse en todo caso por debajo de los 80 decibelios, ya que a partir de ese punto, y tratándose siempre de una continuidad de ocho horas, el oído resulta sensiblemente afectado.

Los principales trastornos ocasionados por la acumulación de decibelios son: insomnio, envejecimiento precoz, dolor de cabeza y disminución de la capacidad productiva y sexual.

A partir de 55 decibelios es difícil conciliar el sueño. No poder pegar ojo fue precisamente el principal detonante de las 16.000 denuncias y quejas que la Policía Municipal recibió de los ciudadanos madrileños durante el pasado año causadas por excesivas molestias sonoras.

Los locales de diversión nocturna representan la mayor parte del origen de los enfados. La sala Universal es ya un clásico en Madrid en estas batallas entre vecinos que han de madrugar y personas ávidas de conciertos nocturnos. Sólo un 10% de esas denuncias llegaron a tramitarse.

El proceso que sigue una denuncia comienza con el aviso a la policía, quien comprueba personalmente la agresión. El expediente pasa a la junta de distrito correspondiente, que a través de inspectores y aparatos medidores comprueba la veracidad de la denuncia para proceder posteriormente a la sanción.

Terrazas de verano

El control de la música que suena en las terrazas de verano de Madrid ha sido uno de los aspectos en los que más ha insistido el Ayuntamiento en la regulación este año del funcionamiento de estos establecimientos.La normativa fija que los días laborables la música ha de suspenderse a las doce de la noche, y a la una de la madrugada los festivos y vísperas de festivos.

Para conocer con especial detenimiento el nivel de ruidos en el casco urbano, el Ayuntamiento y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) firmaron hace dos años un acuerdo. El objetivo es la elaboración del primer mapa acústico de Madrid, referido al interior de la zona urbana limitada por la M-30.

Los resultados de la primera fase de estudio determinaron que sólo en el 8,3% de los casos el nivel sonoro continuo fue inferior a 60 decibelios.

En el 40,4% de las muestras las mediciones se situaron entre 60 y 70 decibelios, mientras que en el 50,5% restante los registros oscilaron entre 70 y 80 decibelios.

Este año termina la segunda fase del estudio, mientras que la tercera y última se realizará en 1989. Después se escogerán unos puntos representativos que serán medidos periódicamente para determinar la evolución de los ruidos. En estos momentos son casi 300 los puntos de observación.

Trárico y ruido

El estudio señala la íntima relación existente entre el ruido y el tráfico, y busca determinar con exactitud las fórmulas de correlación según la composición y densidad del tráfico. La supresión, por ejemplo, de la circulación de vehículos pesados (más de 3.700 kilos) supondría una reducción de unos cuatro decibelios.Los principales responsables del departamento de Contaminación Atmosférica del Ayuntamiento reconocen que "Madrid es desgraciadamente una ciudad ruidosa, pero no más que otras, como Roma". Señalan como casi única vía de corrección del ruido las medidas de mejora del tráfico.

El aparcamiento en doble fila es apuntado como uno de los principales disparadores del ruido, ya que provoca la impaciencia de los conductores y los consiguentes bocinazos, cuyo uso esta prohibido en toda la ciudad salvo peligros de accidente.

Los camiones de la basura son considerados por los vecinos como otros ruidosos que rayan en lo insoportable. No se libran de las protestas las sirenas de ambulancias y policías. Sobre el impacto de estas sirenas en el medio ambiente urbano está realizando un estudio el Instituto de Acústica del CSIC, colaborador con el Ayuntamiento en la creación del mapa acústico.

Según Ricardo Lozano, secretario general de la Unión de Consumidores de Madrid, la capital de España es la menos disgestible de Europa acústicamente hablando. Desde el departamento municipal de Contaminación Atmosférica se insiste en que las exigencias respecto a los límites de perturbación por ruido son similares en toda Europa.

La ordenanza del Medio Ambiente Urbano de Madrid indica que esta perturbación -sin contar la originada por el tráfico- no podrá superar los 45 decibelios durante el día y los 35 por la noche en las zonas con equipamientos sanitarios.

En zonas de vivienda, se admiten 10 decibelios más, y en zonas comerciales 20 más. Para las zonas industriales fija un límite de 70 y 55, según sea día o noche. Respecto a los vehículos, la ordenanza señala como límites máximos admisibles 80 decibelios para motos de hasta 250 centímetros cúbicos, 83 para los turismos, 86 para motos con más de 250 cc. y 88 para camiones.

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