Carlucci pide que la "glasnost' llegue a la defensa
Cuatro misiles nucleares soviéticos de corto alcance SS-12, anteriormente instalados en la República Democrática Alemana (RDA), fueron destruidos ayer por una explosión de trinitrotolueno en el Asia central soviética, bajo supervisión de expertos norteamericanos y con la presencia de numerosas delegaciones internacionales. Esta "explosión de esperanza", como la calificó un corresponsal militar de la agencia Tass, coincidió con una visita a la URSS del secretario de Defensa norteamericano, Frank Carlucci, quien pronunció un discurso en la Academia del Estado Mayor, donde pidió que el Kremlin lleve la glasnost (transparencia informativa) a los asuntos militares y haga público su presupuesto de Defensa.
La detonación, "sin precedentes en la historia", según subrayó Tass, -dejó cráteres de 20 metros de diámetro y más de 15 metros de profundidad-, marca el inicio de un proceso en el que los misiles de corto alcance serán destruidos cada día -salvo sábados y domingosdurante los próximos 18 meses. La destrucción de los SS-20 se realizará en tandas de nueve cada mes, con lo que en tres años las dos superpotencias destruirán sus misiles nucleares de corto y medio alcance.Carlucci se preguntó si la glasnost permitiría "levantar el secreto que rodea a los asuntos militares soviéticos" y pidió que el Krerrilin haga públicas las cifras del presupuesto militar de la URSS, que estimó "entre el 15% y el 17% del producto nacional bruto del país", frente al "5,7% que dedica EE UU a la Defcnsa". También expresó su esperanza de que la perestroika conduzca a una "redistribución de los recursos adjudicados al sector militar, dedicándolos a necesidades civiles".
Autocrítica militar
Las palabras del secretario de Defensa norteamericano coinciden con el análisis publicado en el último número de la revista Asuntos Internacionales por uno de los viceministros soviéticos de Exteriores, Alexander Bessmertnij, quien sostiene que el proceso de desarme nuclear "promete un considerable ahorro en fondos y recursos a emplear para la reestructuración de la economía" de la URSS. Bessmertnij hace una autocrítica del "punto de vista estratégico-militar predormnante" en la política exterior soviética anterior, que condujo a la URSS a una costosa carrera armamentista con EE UU.
Los analistas occidentales en Moscú sostienen que Mijail Gorbachov está empeñado en un proceso de desarme y distensión para poder dedicar más recursos a la reactivación de la economía civil. En su intervención en la academia militar, que debe su nombre al mariscal soviético Mijail Frunze, Carlucci no ahorró críticas a la política militar de la URSS, expresando malestar porque, según sus palabras, "la doctrina defensiva" que propone Gorbachov "viene acompañada por una estrategia operacional cuyo eje es la ofensiva, sobre todo la sorpresa".
El secretario de Defensa hizo hincapié en la preeminéncia que dan los estrategas soviéticos a los carros de combate y a la artillería, y afirma que no se había producido "ningún cambio" en el campo de las fuerzas defensivas. "Lo que nos molesta", concluyó Carlucci, ,les ver cómo la URS S continúa desarrollando sus fuerzas mucho más allá de las necesidades de su propia defensa, y especialmente en los sectores vinculados a las ofensivas de envergadura".
El jefe del Pentágono también demostró en su intervención ante la elite militar soviética que Washington no está dispuesto a ceder en los dos problemas principales para la firma de un tratado de eliminación de la mitad de los arsenales nucleares intercontinentales de las dos potencias. Carlucci defendió la no reducción de los misiles de crucero instalados en buques y submarinos -que exige la URSS-, argumentando que EE UU precisa mantener una flota importante y debe "tomar medidas para protegerla", e insistió en que la Iniciativa de Defensa Estratégica (conocida como guerra de las galaxias), a la que se opone Moscú, "es puramente defensiva y no constituye la menor amenaza para la URSS".
Un día antes, Moscú había anunciado que su delegación en las negociaciones de desarme de Ginebra había presentado nuevas "fórmulas concretas" para resolver los desacuerdos sobre el control de los misiles de largo alcance. La nota de Tass subraya que persistían "actitudes sustancialmente distintas" en cuanto a "la observación estricta del tratado ABM de 1972, en la forma en la que fue firmado, precondición necesaria para llevar a cabo la reducción del 50% de las fuerzas estratégicas ofensivas".
EE UU pretende una "interpre ación amplia" de ese tratado sobre misiles antibalísticos para poder seguir adelante con su proyecto de escudo defensivo espacial.
Gran publicidad
La URSS ha dado gran publicidad a la destrucción, ayer, de los SS-12 en Saryozek -en Kazakistán- y ha recordado que esos misiles fueron retirados de Europa oriental antes de que el tratado INF, de eliminación de los euromisiles, fuera ratificado por el Senado y el Soviet Supremo.
El Novedades de Moscú del pasado domingo reprodujo unas declaraciones del coronel Stanislav Petrenko, jefe de la operación, en la que el militar decía: "Durante mis 35 años en el Ejército me enseñaron a cuidar las armas. Por primera vez en mi vida me dispongo a destruirlas y, también por primera vez, mi misión no es un secreto ( ... ). No esperaba que las cosas cambiasen tan rápidamente. Pero esos cambios, por supuesto, también agradan a los que llevamos uniforme. Pueden creerme".
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