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El Tesoro y el Banco de España tendrán problemas de control monetario durante agosto

El Tesoro y el Banco de España se enfrentan en las próximas semanas al reto de tener que renovar aproximadamente un billón de pesetas que vencen en títulos del Estado, sin que ello signifique la aparición de tensiones monetarias. En medios del sector financiero se da por seguro que, de una forma u otra, la Administración tendrá que forzar una cierta subida de los tipos de interés para poder hacer frente a esta cantidad de renovaciones, a la que habría que añadir una cifra menor que permita seguir financiando el déficit público, de acuerdo con la opinión de distintos analistas.

En las cuatro semanas de agosto vencen 582.000 millones de pesetas de pagarés del Tesoro, que en su mayor parte están en las carteras de bancos y cajas para cubrir la parte correspondiente del coeficiente de inversión obligatoria.Hasta ahora los vencimientos de pagarés vienen siendo renovados en un porcentaje cercano al 75%, dependiendo de cual sea el reparto entre pagarés en manos del público y en bancos y cajas. Lo normal sería esperar una renovación de este tamaño.

No obstante, en medios del sector financiero se apunta la posibilidad de que el porcentaje de renovación sea menor en este mes y en los siguientes, a medida que se acerque la fecha de inicio de reducción paulatina del coeficiente de bancos y cajas.

Las previsiones de la Secretaría de Estado de Economía apuntan a que en el próximo mes de enero se iniciaría la reducción de este coeficiente para llegar a 1992 sin él. Los bancos y cajas pueden optar en los próximos meses por acudir al mercado en busca de pagarés en lugar de ir a las subastas, dado que el calendario de reducción les favorecería, ya que las emisiones son a 18 meses y a unos tipos del 5,5%.

En el mejor de los casos se piensa que del medio billón largo de pagarés que vencen quedarán sin renovarse unos 100.000 millones de pesetas, que deberían financiarse mediante otro tipo de títulos del Estado. En la actualidad ese título podría ser la letra del Tesoro, que se emite a un año de amortización y un tipo de interés bastante más elevado que el de los pagarés. Pero el Tesoro también tiene problemas de vencimiento de letras en el mes de agosto. Cerca de 470.000 millones de pesetas invertidos en este activo financiero tienen su amortización en el próximo mes.

Emisiones de letras

Ello supone que el Tesoro tendría que realizar emisiones de letras para el mercado por valor de casi 600.000 millones de pesetas si quisiera mantener su nivel actual de endeudamiento. A esta cifra, además, hay que sumar el importante volumen de letras cedidas temporalmente por el Banco de España cuyo plazo también termina en el mes de agosto, y que llega a la cifra de 350.000 millones de pesetas.El problema no es tanto la elevada cifra de emisión, sino el precio al que el Tesoro y el Banco de España estén dispuestos a emitir estos títulos. Las últimas emisiones de letras del Tesoro se han colocado en un tipo de interés fijado en un 10,02% anual.

El Banco de España mantiene el tipo de intervención en el 10,5% y el precio de los depósitos a un año en los mercados monetarios

-plazo equivalente a la emisión de letras- está situado en la actualidad en torno al 10,75%. Hay, por tanto, una diferencia de tres cuartos de punto en contra de las letras del Tesoro que pesará de forma decisiva a la hora de las futuras emisiones.

El objetivo inicial es no subir los tipos de interés de las emisiones, por lo que se espera que las renovaciones sean inferiores a los vencimientos.

Tipos de interés

Ello obligará al Banco de España a aumentar el volumen de su cartera de letras cedida temporalmente a bancos y cajas de ahorro a unos precios algo mayores a los practicados hasta ahora o a dejar que aumente la liquidez en el sistema, lo que provocaría un hundimiento de los tipos de interés y una pérdida de márgenes en la política de control monetario.Los problemas, en todo caso, no parece probable que surjan hasta mediados del mes de agosto, ya que a finales de la última semana de julio y en los primeros días de este mes está previsto que se ingresen las retenciones de impuestos de las pequeñas y medianas empresas y las autoliquidaciones trimestrales. De acuerdo con lo previsto, ello proporcionará unos 600.000 millones de pesetas de ingresos al Estado, que atenuarán temporalmente las necesidades de financiación del déficit del sector público. Pero esta entrada de impuestos surtirá efecto durante las primeras dos semanas del próximo mes. A partir de esas fechas empezarán los quebraderos de cabeza para los rectores de la política monetaria.

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