Un calvario político para Sarney
La crisis entre el presidente José Sarney y la Asamblea Constituyente de Brasil alcanzó gran tensión el pasado miércoles, cuando el diputado Ulysses Guimaráes -que preside simultáneamente el principal partido oficialista, el PMDB, y la Asamblea- rebatió en un discurso contundente las palabras pronunciadas el día anterior por el presidente.El resultado significó para José Sarney su peor derrota dentro de la Asamblea. El presidente pretendía bloquear el texto de la nueva Constitución, aprobado en una primera votación, y modificar una serie de artículos que en su opinión harían de Brasil "un país ingobernable".
Su lamentatable discurso, lleno de equívocos en relación a números y cuentas, provocó un rechazo inmenso en Brasil, y los parlamentarios decidieron, en una votación relámpago, aprobar el texto íntegramente por 403 votos a favor, 13 en contra y 55 abstenciones. Esto supone que, en la nueva y última ronda de votaciones, las 1.800 enmiendas al texto serán votadas una a una.
Sarney y su grupo de asesores más cercanos pretendieron, en un primer momento, movilizar a sus seguidores en la Asamblea para vetar en su totalidad el texto aprobado en el primer turno. Luego pretendió modificar una serie de artículos en bloque. Su derrota fue total. A partir de esta semana, las enmiendas se discutirán, aprobarán o rechazarán aisladamente.
La crisis entre los poderes ejecutivo y legislativo no es nueva. Se ha cobrado como precio inicial la dimisión del ministro de Previsión Social, el almirante reformador Renato Archer. El ministro entregó su carta de dimisión en la noche del miércoles al jefe del Servicio Nacional de Información, general Iván de Souza Mendes. Nada más enterarse, Sarney aceptó la dimisión de Archer sin tan siquiera dar tiempo a que llegara a sus manos la petición por escrito. Otros dos ministros, el economista Celso Furtado, que ocupa la cartera de Cultura, y Luis Henrique, ministro de Ciencia y Tecnología, también presentaron su dimisión el pasado jueves. En medios militares se aseguraba que el diputado Ulysses Guimaráes recibió luz verde del ministro del Ejército, general Leónidas Pires Gonçalves, antes de pronunciar su discurso en el Congreso. Inicialmente, los jefes militares habían dado respaldo a Sarney para realizar sus críticas en un programa nacional radiotelevisado.
En Brasilia, se comenta que el mismo diputado Ulysses Guimaráes habría buscado respaldo en otras áreas militares, lo que significaría un grave precedente, es decir, dos facciones opuestas en las Fuerzas Armadas: una que respalda al presidente Sarney y otra partidaria de Guimaráes.
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