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El PSOE presiona a Barreiro para que dimita

Xosé Hermida

El PSOE y el Partido Nacionalista Galego (PNG), que integran junto a Coalición Galega (CG) el Gobierno tripartito de la Xunta, presionan desde ayer al vicepresidente, Xosé Luis Barreiro, para que dimita de su cargo, tras ser procesado por los delitos de prevaricación y cohecho. El auto de procesamiento dictado por la Audiencia Territorial de La Coruña contra Barreiro ha originado una auténtica crisis en el Gobierno gallego, ya que Barreiro, con el apoyo de su partido, CG, se niega a abandonar el Gabinete. El Gobierno gallego estuvo reunido ayer durante casi seis horas, pero las divisiones entre los tres partidos que integran el Ejecutivo impidieron alcanzar un acuerdo sobre la salida del Gabinete del vicepresidente.

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El texto del auto de procesamiento fue conocido ayer, y uno de sus párrafos describe así la supuesta concesión irregular de la gestión del juego a una empresa que en aquel momento no existía: "El motivo de que el señor Barreiro Rivas otorgara de forma tan precipitada y subrepticia esta concesión, de considerables ingresos anuales, se encuentra en un acuerdo económico, no bien determinado en su cuantía y que percibía del señor Olano [directivo de la empresa] y de don Javier Rosón Pérez, compañero suyo de despacho".Fuentes gubernamentales reconocieron abiertamente ayer que el PSOE y el PNG desean la dimisión de Barreiro, a lo que se opone el vicepresidente, con el respaldo de su partido, CG.

Barreiro, según fuentes de la vicepresidencia de la Xunta, se ha limitado a poner su cargo a disposición del presidente, el socialista Fernando González Laxe. CG defiende que el auto de procesamiento no implica culpabilidad y por tanto el vicepresidente no está obligado a dimitir.

Problema moral

El secretario general de los socialistas gallegos y conselleiro de Ordenación del Territorio, Antolín Sánchez Presedo, manifestó que la dimisión de Barreiro "podría tener un efecto positivo" y respondería a la "inclinación de la ejecutiva socialista". En todo caso, Sánchez Presedo reconoció que la salida a la situación es difícil por un "problema moral", ya que "si Barreiro dimite se podría interpretar como una autoinculpación y si el presidente lo destituye se podría interpretar como ina condena", añadió. Fuentes próximas al Gobierno señalaron que los socialistas están dispuestos a sustituir a Barre¡ro por otro miembro de su partido o incluso a dejar vacante la vicepresidencia en tanto no se resuelva el proceso judicial.

Tras la reunión del Ejecutivo se hizo público un escueto comunicado en el que la Xunta se limita a señalar que cualquier decisión sobre la continuidad del vicepresidente Barreiro queda en manos "del presidente o del vicepresidente". La nota asegura que los tres partidos mantienen el compromiso de continuar adelante con su proyecto político y garantizar la estabilidad del Crobierno.

Si Barreiro persiste en su actitud de no abandonar el cargo, la única salida sería que el presidente lo relevara personalmente. Esta solución, sin embargo, podría poner en peligro el acuerdo firmado entre los tres partidos en septiembre del pasado año para presentar la moción de censura que derrocó al Gobierno del aliancista Gerardo Fernández Albor. El actual Ejecutivo tiene el apoyo de 36 de los 71 diputados del Parlamento. En caso de que CG (11 escaños) decidiese romper los acuerdos el gabinete quedaría en minoría con el único respaldo de 25 diputados, 22 del PSOE y tres del PNG.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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