El campo de Anchuras

Nuestro puebloestá situado a escasa distancia de Cabañeros y posee una riqueza ecológica similar, tiene una vegetación idéntica a la de aquél, y entre la fauna aún sobrevive la cigüeña negra y el águila real, por citar sólo dos especies en peligro de extinción; existe además la agravante -que lo hace definitivamente injustificable- de ser, a diferencia de Cabañeros, una zona poblada; resulta, por tanto, de una falsedad y desvergüenza descomunal la presentación que se ha hecho en televisión a la opinión pública de nuestro pueblo como una zona "desértica y despoblada". Si razones de orden ecológico impiden la ubicación del campo de tiro en el vecino Cabañeros, ¿cómo es posible que un poco más allá se pueda sacrificar no sólo un valor ecológico similar, sino el valor humano de las personas que viven en el municipio de Anchuras y sus anejos de Gamonoso, Huertas, Encinacaída y Enjambre, y que debería ser el primer bien a respetar?

Las declaraciones del presidente de la comunidad, señor Bono, alabando la solución adoptada, en vez de defender al pueblo que representa, son reflejo de un talante abominable y de la consideración que para los políticos merecen los pueblos débiles e indefensos como el nuestro.

Aunque nos resulte incomprensible que a finales del siglo XX y en un país democrático se nos pueda condenar a la miseria y a la desaparición de esta forma, por otra parte nos sentimos impotentes, y por eso hacemos un llamamiento a todas las personas sensibles y de bien para que se solidaricen ante nuestro destino trágico e injusto.-