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El oratorio enmascarado

El templo del Caballero de Gracia, en plena Gran Vía, verá la luz tras 12 años envuelto en andamios

Una máscara de andamios y lonas cada vez más negras envuelven desde hace 12 años uno de los edificios más singulares de la Gran Vía. La fachada posterior del oratorio del Caballero de Gracia, joya neoclásica de Juan de Villanueva y monumento nacional desde mediados de siglo, es ahora un foco permanente de suciedad a la espera del último capítulo de su accidentada restauración, que parece más bien una carrera de obstáculos. La Comunidad confía en iniciar las obras antes de fin de año, de acuerdo con un proyecto de Javier Feduchi.

Misterio. El sinnúmero de viandantes que recorre a diario la Gran Vía no deja de preguntarse qué se esconde tras esas lonas verdes tirando a negruzcas que cubren por completo el número 17 de la calle, junto a los antiguos Almacenes Rodríguez.Los peatones maldicen de paso la sucia valla que rodea el oculto edificio y que obliga a hacer funambulismo por la acera. A los vecinos del lugar les cuesta recordar qué cara tenía la parte posterior del oratorio del Caballero de Gracia, monumento neoclásico del siglo XVIII, antes de que fuera presa de los andamios, allá por 1976.

Cinco largos años llevaron las obras de reforma de la fachada principal y del interior del templo, que ignoraba entonces cuán largo iba a ser su calvario. La polémica saltó cuando Fernando Chueca Goitia, responsable de la restauración, derribó una gran vidriera que cubría la parte central de la fachada posterior, obra de Carlos Luque de 1916, con objeto de recuperar la forma original del ábside de 1795.

Esta decisión enfrentó a Chueca Goitia con el Consejo Asesor de Monumentos del Ministerio de Cultura, que consideraba que el cuerpo central derribado por el arquitecto resolvía dignamente la adecuación del edificio al entorno de la Gran Vía. Las alternativas propuestas por Chueca Goitia no convencieron al Ministerio de Cultura, que no dejaba de poner pegas a su proyecto: invasión de calzadas, existencia de unos huecos que podían ser focos de suciedad...

El oratorio cayó entonces en manos de la desidia. El inmenso roto dejado por el anterior cuerpo central fue cubierto con unas inmensas lonas colgadas del andamio que forman ya parte inevitable del paisaje gris de la Gran Vía.

Tras rechazar definitivamente los proyectos de Chueca Goitia, el Ministerio de Cultura decidió crear en 1982 una ponencia de técnicos para estudiar el futuro de la fachada, que siguió siendo negro durante otros seis años. La falta de presupuesto y la tortuga burocrática son las únicas explicaciones que se encuentran para tan lamentable olvido.

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Épicas intervenciones

La polémica restauración del templo pasó en 1985 a manos del Gobierno regional. Luego vinieron infructuosos debates en la Asamblea de Madrid, épicas y divertidas intervenciones del diputado de Alianza Popular Juan Antonio Cánovas pidiendo toda su decimonónica dignidad para el Caballero de Gracia... Y así hasta el año pasado, en que por fin se convocó un concurso de anteproyectos al que concurrieron tres arquitectos: Javier Feduchi, Antonio Capitel y Carmen Bravo.Una comisión, formada por responsables de los ministerios de Cultura y de Obras Públicas, de la Consejería de Cultura y de la Gerencia de Urbanismo, se ha inclinado, después de varios meses, por el proyecto de Javier Feduchi, arquitecto al que el Ayuntamiento de Madrid ha encargado también recientemente un estudio de recuperación de los edificios de la Gran Vía y de su entorno.

El proyecto de Feduchi intenta combinar el alineamiento de la fachada con el resto de los edificios de la Gran Vía y la restauración del ábside original. La solución consiste en la creación de un cuerpo de dos pisos por encima de los cuerpos laterales y unidos por un arco cuyo vano deje ver el ábside y la cúpula del oratorio. El material utilizado será el granito y los prefabricados de hormigón con mármol y cemento blancos.

Una última pega: el proyecto de Javier Feduchi sobrepasa la edificabilidad prevista en la manzana por el Plan General de Ordenación Urbana. La comisión técnica tendrá que decidir, probablemente la próxima semana, si se opta por un nuevo proyecto de Javier Feduchi de menor altura o si se decide modificar el Plan General para adaptarlo al primer proyecto, lo que podría retrasar el inicio de las obras entre cuatro y seis meses, según estimaciones de los técnicos.

Fuentes de la comisión han señalado que el proyecto original es el que tiene más posibillidades de salir elegido, "ya que si se reduce la altura el cuerpo central quedaría demasiado chato". La restauración se iniciará a finales de este año o principios del próximo y se prolongará durante varios meses. Quitar la máscara al Caballero de Gracia costará unos 45 millones de pesetas.

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