El plan de paz sigue adelante, pese al rechazo iraní a negociar directamente con Irak
Irak consideró ayer un "paso atrás" el rechazo de Irán a entablar negociaciones directas entre los dos contendientes para acabar con la guerra del golfo Pérsico. "Si rehúsan conversar con nosotros, ¿con quién vamos a acordar la paz?", dijo el subsecretario de Asuntos Exteriores del régimen de Bagdad, Wisam al Zahawi. No obstante, Teherán mantiene su disposición a aceptar la resolución 598 de la ONU y, consecuentemente, un alto el fuego en el conflicto. Entre tanto, los combates proseguían ayer, y la misión técnica de la ONU que debe estudiar sobre el terreno la forma en que se aplique la tregua iniciaba su viaje.
Para Irak la posición iraní significa en la práctica un rechazo de la resolución 598. El representante iraní en la ONU, Mohamed Jafar Mahalati, negó que su país desista de aceptar un alto el fuego e hizo hincapié en que las negociaciones directas no estan recogidas en el plan de la ONU sino en la propuesta de cinco puntos que Bagdad envió el martes al Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), Javier Pérez de Cuéllar. Sin embargo, Irak insiste en que las negociaciones directas son "un imperativo" y al cierre de esta edición (02,00 hora peninsular española) seguía sin dar su consentimiento para que la delegación de la ONU visite Bagdad. Irán lo aceptó de inmed¡ato. La postura de ambos obligó al Consejo de Seguridad a celebrar una nueva reunión.El jefe de las fuerzas armadas iraní, Alí Akbar Hasel Hasehmi Rafsanjani, en un mensaie al Ejército pidió unidad y respeto al cese el fuego. En este mismo sentido, Mohsen Rezaei, comandante del Cuerpo de Guardia de la Revolución Islámica de Irán, afirmó: "Ahora que las respetadas autoridades políticas del país han decidido el cese el fuego, y que éste ha sido aprobado por el líder [Jomeini], nosotros apoyamos decididamente la medida". Sin embargo, el ministro iraní de Exteriores, Alí Akbar Velayati, aclaró en un mitin estudiantil que la aceptación de la 598 "no pone fin a la lucha contra las fuerzas de la arrogancia mundial".
Por su parte, el presidente iraquí, Sadam Husein, en una conversación telefónica con el dirigente libio, Muammar el Gadaffi señaló que "sólo un alto el fuego no puede acabar con la guerra, pero puede suspenderla temporalmente para permitir su reinicio de una forma aún peor".
La situación en los distintos frentes aparecía ayer más tranquila que en los días previos, pese al bombardeo iraquí cerca de la ciudad de Shardast, en el Kurdistán iraní. Un comunicado de guerra iraquí informó de que en las últimas 24 "se han liberado 35 picos y montañas". La misión de expertos de la ONU, comandada por el teniente general noruego Martin Vadsest, salió ayer de Nueva York y se espera que llegue el sábado a Teherán y después a Bagdad para arreglar los detalles del alto el fuego. La misión, compuesta por ocho personas, tiene como principales tareas establecer las modalidades de retirada de tropas a las fronteras internacionalmente reconocidas, intercambio de prisioneros y facilidades para los observadores intemacionales que vigilarán el cumplimiento de la resolución.
Optimismo de la ONU
Vadset expresó su "optimismo" en la misión e indicó que su trabajo se concentrará principalmente en los detalles técnicos y cree que en ocho días podrá volver a Nueva York para informar a Pérez de Cuéllar y dar paso al cese el fuego.
Fuentes diplomáticas y observadores coincidieron en que el inicio de negociaciones de paz entre ambos enemigos; no será fácil. La desconfianza ancestral, la enemistad aguda fraguada en los últimos ocho años y las inmensas reclamaciones por daños de guerra serán los principales problemas a que se enfrentará la ONU para conseguir la plena aplicación de la resolución 598.
El tema de las reparaciones de guerra esta en el punto seis de la resolución, que pide al secreta, río general de la ONU que explore la posibilidad de encargar a una comisión especial la determinación de quién comenzó la guerra. Teherán, que insistió en que Bagdad fuera identificado como el agresor, no ha mencionado aún cifras de daños en el conflicto, pero una suma indicativa de sus pretensiones son los 500 millones de dólares que reclamó el pasado octubre tras el ataque norteamericano a varias de sus plataformas y lanchas rápidas en el Golfo. Un indicador de las eventuales reclamaciones iraquíes es su afirmación de que el cierre por Siria de su oleoducto hacia el Mediterráneo en 1985 le ocasionó pérdidas por unos 9.000 millones de dólares al año.
Entre tanto, EE UU recibió con satisfacción la resolución emitida el miércoles por el Consejo de Seguridad de la ONU, que se limitó a expresar su "profunda consternación" por el derribo el pasado día 3 de un Airbus iraní con 290 pasajeros a bordo por la fragata norteamericana Vincennes. Irán calificó la resolución de insuficiente.
Los mercados del petróleo, por su parte, han mostrado esta semana una tendencia variable que refleja la incertidumbre de los intermediarios ante los acontecimientos. En la Bolsa de Nueva York, los precios cotizaron al alza ayer pero en los mercados asiáticos el alza fue menor. El crudo procedente de Dubai se cotizó ayer a 13,80 dólares por barril.
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