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Economía diseño un plan de parejas para tres fusiones bancarias, afirma Pedro Toledo

"U opas o serás opado", dijo Carlos Solchaga a Pedro Toledo. "Eso me convenció definitivamente" añadió el presidente del Vizcaya. Toledo negoció con dos bancos su posible fusión antes de concretarla con el Bilbao. Finalmente, las tres parejas dibujadas por Economía no prosperaron. "Nadie tuvo la fusión que quiso", comentó un asistente al seminario de banca organizado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Éste fue el clima de la segunda jornada, en el que se admitió públicamente la necesidad de saneamiento de algunos grandes bancos.

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El presidente del Banco de Vizcaya, Pedro Toledo, hizo ayer un significativo esfuerzo por encuadrar los procesos de fusiones bancarias en España, del cual su propia entidad es un actor importante. Toledo centró el proceso en tres ejes: la idea de Europa como mercado único, la ruptura del sistema de siete grandes bancos y el plan de saneamiento del Gobierno para la gran banca.Es este último punto el que atrapó el interés de los asistentes, por la revelación explícita de la existencia de problemas entre los grandes, "que no pueden ser atendidos por los fondos públicos por su magnitud, y ante el cual el Gobierno pensó en formar tres parejas que no han prosperado".

El copresidente del Banco Bilbao-Vizcaya dijo que perdió toda incertidumbre sobre la necesidad de fusionar su entidad cuando el ministro de Economía, Carlos Solchaga "amigo de años, me dijo en su despacho que, debido a la estructura de capital, la salud financiera y la alta capacidad de gestión de mi banco, u opaba o era opado". Era en diciembre de 1987. Poco después se concretó la operación con el Bilbao.

Lo que Toledo no dijo ayer es que en agosto de ese mismo año visitó en el pueblo de Águilas (Murcia) al presidente del Banco Central, Alfonso Escámez, para proponerle una fusión en la que Escámez quedaría de presidente y Toledo de vice. El Banco de Vizcaya había llegado a negociar para esta operación el volumen de ayudas necesarias, manifestó a EL PAÍS una fuente de la entidad.

Escámez, que utilizó esta oferta para hacer retroceder la participación de Construcciones y Contratas en el capital de su entidad, rechazó el ofrecimiento. Esta actitud rompió una de las parejas de fusión que contaba con el beneplácito oficial.

La otra, cuya gestión fue paralela fue la que culminó con el fracaso de la oferta pública de adquisición (OPA) del Banco de Bilbao sobre el Banesto.Otras vías

Fue el fracaso de estas dos posibles parejas, alentadas por la necesidad de saneamiento y de simplificación del mercado bancario español, la que desencadenó la fusión Bilbao-Vizcaya. "Ninguna de las parejas previstas por el plan de saneamiento del Gobierno se ha cumplido", señaló Toledo.

Toledo pasó revista a la evolución de su entidad con vistas a la fusión, desde el rechazo defensivo de la invasión de la Kuwait Investment Office (KIO), el peso de la inversión extranjera, que pasó del 11% al 30% en un año, hasta la ampliación de capital en 1987, que elevó la capitalización total en un mes, en 150.000 millones de pesetas, por las condiciones bursátiles.

El presidente del Vizcaya destacó la presencia del inversor extranjero como amenazante para un sector que calificó de estratégico, y dijo que la legislación bancaria recogió finalmente esta semana esa idea.

Descalificó por completo la presencia de modelos econométricos en los procesos de fusiones, y escuchó impasible cómo un interlocutor en la sala afirmaba que "entonces las fusiones que vengan serán de bancos enfermos...". Respecto al proceso de fusión Bilbao-Vizcaya afirmó que "finalmente el agua no estaba tan fría".

Apuntó en este sentido un ahorro único de 5.000 millones de pesetas en concepto de estructura, un ahorro anual en servicios informáticos de 3.000 millones de pesetas, la posibilidad de alcanzar una masa crítica de negocio con 9.000 millones de pesetas, la existencia de nuevas oportunidades de negocio "y, sobre todo, dibujar nuevos objetivos con una plantilla nueva en un banco nuevo".

El proceso, se inició el 20 de diciembre de 1987 con una reunión de la comisión delegada del banco para estudiar el proceso. El 7 de enero, con una comida de los dos presidentes. El 22 de enero, con el diseño del plan definitivo. El 9 de septiembre se cerrará el proceso, con el funcionamiento como banco único, proceso que tomará estado jurídico definitivo el 1 de octubre de este año.

Entre las reflexiones de Toledo cabe destacar que, en 1985, Felipe González le preguntó aquí si no creía que era necesario un mayor tamaño en la banca española para la integración en Europa. Pero que, en su opinión, "a Europa se puede ir fusionado o sin fusionar. Esto, no es decisivo, aunque puede haber pesado". Más peso tuvo, en su opinión, después del intento de saneamiento, la necesidad de simplificar el mercado bancario para facilitar la posibilidad de intervención de la política monetaria.

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