Una prueba salvada con soltura
Arraigo, la nueva coreografía que Víctor Ullate reservó para estrenar en Madrid, y que tiene la doble cualidad de utilizar a la vez música española e inédita -original de Jerónimo Maesso, el pianista de la compañía que ha hecho un trabajo sobre ritmos flamemcos en sintetizador-, ante todo una dificilísima prueba para la joven- agrupacíón, aún no tiene tres meses de historía. El vocabulario técnico es -el neoclásico-contemporáneo curopeo, que los alumnos de Uilate manejan con tanta soltura, pero la velocidad y la precisión que impone el estilo despojado de la pieza -despojado de vestuario, de apoyatura melódica y dramática- y la matización españíola de algunas poses y desplalites, hacen de Arraigo -bailado totalmente en puntas- un ballet cargado de dificultades. Los jóvenes bailarines lo afrontaron sin pestañear, con la entrega y la naturalidad con que hacen todo.El ballet consiste en una serie de variaciones efectistas muy béjartianas, a base de planos frontales y grandes extensiones, paraun cuerpo de baile de cinco parejas con varios solos, pasos a dos y variaciones para los chicos y las chicas.
Ballet de Víctor Ullate
Arraigo (Ufiate / Maesso), Cuarteto (Clirístie / Shostakovich) y Amanecer (Ullate / Mendelssohn). Dirección: Víctor Ufiate. Los Veranos de la Villa, Cuartel del Conde Duque, 8 de julio.
Tiene como hilo conductor un personaje -mitad clon, mitad maestro, quizá el duende flamenco- y pone una nota de humor en la austeridad aeneral. Recuerda mucho a algunos personajes que Ullate interpretaba con esa mezcla de virtuosismo técnico y gracia expresiva que lo eran tan características. La idea aquí está poco desarrollada y el conjunto del ballet requeriría a!go inás de elaboración tanto en sus matices españoles como en su, concepción coreográfica.
Sin españoladas
Tiene la virtud de no caer en ningún tipo de españolada fácil, al contrario, y la debilidad de un repertorio de movimientos excesivamente limitado, incluso en sus dificultades acumuladas, quedando sólo esbozada la traducción de la variedad de los ritmos y ataques de origen flamenco en desarrollos de movimiento, pero cumple su propósito evidente de servir de vehículo para mostrar a la espléndida compañía y también la no menos evidente función de conectar inmediatamente con un público ávido de este tipo de ballet moderno, que respondió en Madrid con el mismo entusiasmo con que ha venido acogiendo a este j o-v en ballet a lo largo de toda su gira por España.El grupo bailó el viernes mejor que el día de su presentación en el Conde Duque, en que tuvieron que echarse al ruedo sin haber podido ensayar, por el mal tiempo. En Arraigo entusiasmó Igor Yedra -un jovencísimo bailarín de grandes facultadesy se lucieron Ruth Maroto, segura y clara siempre, Mar Moreno y María Giménez. En el Cuarteto de Nils Cristie, que sigue siendola pieza coreográficamente más consistente del repertorio, el segundo reparto -Silvia Aguilar, Carlos Valcárcel, Ana Noya y Víctor Oribe- dio la medida de la riqueza de talentos en la compañía, que bailó al completo el Amanecer, en conjunto con más aplomo y disfrutándolo que en noches anteriores.
El espectáculo sufrió del principio al fin de una iluminación que no había sido adaptada a la claridad de la noche madrileña, quehubiera exigido una potencia de luces mucho mayor para poder ser contemplado en las debidas condiciones. El Ballet de Víctor Ullate está ya lanzado como una compañía que tiene la función clarísima de popularizar el ballet actual entre el público joven de este país, y para ello tendrá que ir diversificando su repertorio para dar cabida a coreograflas significativas del momento y del pasado reciente en los distintos estilos contemporáneos.
Babelia
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