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¿Le apetece un doctorado "honoris causa"?

Príncipes a la espera de recibir la corona, reyes coronados, jefes de Estado y monjas en olor de santidad, mimos y directores de orquesta. Por el trono verde estilo Imperio, donde hace casi dos siglos le sentó Napoleón, han pasado en 1987 decenas de estrellas de la política y de la economía, divos del espectáculo y paladines de los derechos humanos.Solamente frente al Papa se ha bloqueado la concesión de doctorados honoris causa, con ocasión del noveno centenario de la universidad de Bolonia. Con una pizca de irreverente rubor, el rector Fabio Roversi señaló que no había ningún diploma terrenal digno del sucesor de San Pedro.

Las perplejidades se convirtieron en polémica cuando se trató de votar el doctorado para el cineasta polaco Andrej Wajda. El consejo se dividió en trece abstenciones contra una cincuentena de votos favorables. La polémica no descompone al rector Roversi, al que veinte doctorados en 1988 no le parecen una exageración. "Se han concedido todos con pleno respeto a la deliberación del claustro académico, en la que además de los títulos de mérito se toma en cuenta el compromiso por la tutela de los derechos humanos y civiles". En opinión de Roversi, esto explica perfectamente los doctorados concedidos a reyes, príncipes y magnates de la economía, que quizá no han concluido gloriosamente una carrera escolástica, junto a científicos con un impecable pedigree académico.

3 de julio

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