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Jueces soviéticos denuncian la presencia de delincuentes entre los delegados a la XIX Conferencia del PCUS

Pilar Bonet

Entre los 5.000 delegados que participarán a partir de mañana en la XIX Conferencia del Partido Comunista de la URSS (PCUS) se encuentran delincuentes que desde sus altos cargos en el partido se han visto implicados en asuntos de corrupción. Esta acusación sin precedentes ha sido hecha por dos importantes jueces de instrucción soviéticos en un artículo aparecido en la revista Ogoniok en vísperas de la conferencia que sellará el futuro político de la URSS. La aparición de este artículo se interpreta como una señal de que la reunión discurrirá en un clima de gran tensión y lucha política.

Los autores, el juez de instrucción jefe, Telman Gdlian, y el juez de instrucción Nikolai Ivanov, son, ambos, responsables de asuntos "especialmente importantes", que han dedicado cinco años a investigar, a instancias de la Fiscalía de la URSS, la corrupción de los dirigentes del partido en la República Socialista, Soviética de Uzbekistán.En esta república, señalan, existía una estructura "delictiva", que iba desde el primer secretario de la república, Sharaf Rashidov, hasta los presidentes de los koljoses. Sharaf Rashidov, que falleció en 1983, fue denunciado ya en el 27 Congreso del PCUS en 1986. Sin embargo, Gdlian e Ivanov van esta vez más lejos y señalan sin rodeos que "el principal protector de Rashidov fue el antiguo dirigente del partido [Leonid] Breznev". "Gracias a sus especiales relaciones, Uzbekistán fue excluido de la crítica. Pero culpar ahora exclusivamente a los muertos no es el método más objetivo y digno de descubrir la verdad".

El artículo constituye el ataque de mayor envergadura realizado hasta ahora contra Leonid Breznev y culmina una campaña de revelaciones que de modo cada vez más decidido ha puesto en cuestión la figura del líder fallecido en noviembre de 1982, tras casi 20 años de mandato que son etiquetados ahora como "la época del estancamiento".

"¿Quién, sino Breznev, Rashidov, Sholokov, Kuriaev, Churbanov, Bodiul, Usubaliev y toda una pléyade de altos cargos definitivamente comprometidos a los ojos del pueblo han llevado al país a una situación de crisis?", preguntan los jueces de instrucción. Dinmujamed Kuriaev fue jefe del partido en Kazakistán basta diciembre de 1986. Nikolal Sholokov fue el ministro del Interior en época de Breznev. Yuri Churbanov, yerno de Breznev, fue primer viceministro del Interior. Bodiul ejerció como primer secretario de Moldavia, y Usubalilev fue el primer secretario de la República de Kirguisia.

Los investigadores acusan también de corrupción a Imanzhon Usmanjodzhaev, el hombre que sustituyó a Razhidov y permaneció al frente de Uzbekistán hasta enero de este año. "Bajo su dirección continuaron los mismos procesos: falsificación de datos, sobornos, descomposición de la política de cuadros y otros fenómenos negativos", señalan. Las pruebas de la implicación delictiva de Usmanjodzhaev existían ya en 1986, pero incluso después de su cese "por motivos de salud", en 1988, el ex dirigente recibió un confortable apartamento en Moscú y continuó siendo diputado del Soviet Supremo de la URSS. Gdlian e Ivanov afirman que existen "leyes no escritas" según las cuales "no es fácil pedir responsabilidades a un miembro del comité central. Ni siquiera cuando algunos de ellos han sido desenmascarados en delitos de codicia".

Los dos jueces asestan un duro golpe al sistema de elección de dirigentes, y con ello al sistema político soviético actual. "La investigación criminal ha mostrado que el sistema de distribución de cargos sin contar con la opinión pública no siempre permitía ascender a los puestos dirigentes a la gente más capaz y entregada a los intereses del pueblo", señalan.

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"Por desgracia, el proceso imperfecto de promoción y elección de delegados [a la conferencia del PCUS] ha dado por resultado que entre las personas de autoridad y de mérito aparecieran personas implicadas en sobornos", escriben. "Aunque son pocas personas, esto es sin duda una señal inquietante. ¿Qué puede decirle, por ejemplo, un delegado sobornador al partido y al pueblo?".

Adversarios de la 'perestroika'

"No podemos silenciar ( ... ) que la Fiscalía de la URSS informó a los órganos directivos de las actividades de esta gente. ¿Quiere decir eso que los adversarios de la perestroika son aún fuertes, que no han depuesto las armas y que el círculo vicioso existe aún?", se preguntan los jueces. Éstos dividen su investigación en Uzbekistán en tres etapas distintas. Una primera, de 1983 a 1985, en la que se pudo procesar por sobornos a cargos del partido y los órganos administrativos a nivel de región. Una segunda, de 1986 a 1987, en la cual la investigación criminal tocó a cargos dirigentes a nivel republicano.

"Gracias al apoyo que encontramos en la dirección del partido conseguimos superar la segunda y difícil etapa de investigación. Ello permitió procesar al primer viceministro del Interior, Yuri Churbanov; al presidente y vicepresidente del Presidium del Soviet Supremo de Uzbekistán y a cuatro secretarios del Comité Central de la República, así como a algunos primeros secretarios regionales", afirman. En la tercera etapa o actual, agregan los jueces, la "hidra de múltiples cabezas de la corrupción" hace un "intento desesperado" de "comprometer" la investigación. En esta etapa, señalan, se ha producido una "total consolidación de las filas de quienes dan sobornos y quienes los reciben y también de sus encubridores". "Casualmente o no, esto ha coincidido con la activización de los enemigos fundamentales de la perestroika".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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