Extraño 'western' urbano

Best seller es una película irregular, con baches de interés y puntos de culminación brillantes y poderosos, que secuestra la atención del espectador con recursos cinematográficos nobles, de buena estirpe, nada oportunistas, pese a tener al oportunismo, a la marrullería y al efectismo tentadoramente a mano.Por otra parte, pese a ser un filme muy violento, casi de mórbida ferocidad, nunca pierde contacto con las fuentes de una suave ironía que trasciende esa morbidez y que, a su vez, la ennoblece con un humor casi imperceptible, pero existente en la pantalla.

Es por ello Best seller una película inteligente, no bien resuelta, pero en cambio bien intuida y, sobre todo, planteada, tanto por el guionista, Cohen, que en contrapartida no siempre urde diálogos a la altura de algunas situaciones, como por el director, John Flynn, que, a la inversa, no siempre sabe desplegar las situaciones y los movimientos de c4mara y actores a la altura de algunos diálogos de la película.

Las primeras secuencias, que presentan con eficaz aparato mitológico los dos personajes protagonistas -que siguen un esquema clásico en las tradiciones del western: dos amigos antagonistas, uno en forma de bueno y otro de malo, al final coincidentes en su lucha final contra el villano-, son de primera calidad y ponen en sólo diez minutos al filme en la picota, haciendo que el espectador espere de la pantalla lo inesperado.

Un buen 'malo'

Hay exactitud y vigor en estas escenas, y también en otras de la zona media del filme (la visita de los protagonistas a la familia de Woods y la pelea en el bar, que son verdaderamente notables), de la misma manera que la hay en la definición de los dos personajes, en especial el malo, que interpreta James Woods, actor que se está convirtiendo velozmente en heredero de las inolvidables épocas malvadas de las filmografías de aquellos gigantes de maléfica especie que fueron Richard Widmark, Robert Ryan, Jack Elam, John Carradine, Conrad Veidt, Raymond Massey o Warren Oates.Este notable actor logra instantes tan agudos como su diálogo en un avión con su oponente, y es de los que saben usar la dificultad del exceso sin acudir a la facilidad de la exageración.

El filme tiene algunos fallos imperdonables. Algunos, ya aludidos, como la arritmia de los diálogos, anodinos muchas veces y otras tan expresivos como éste: "Cuidado con ese individuo. Es peligroso, porque no le interesa el dinero". Y otros, derivados de una realización que, junto a escenas realmente excelentes, desperdicia magníficas posibilidades, que quedan incomprensiblemente truncadas unas veces por timidez y otras por pura y simplemente por torpeza.

Un ejemplo: la escena del tiroteo entre cinco pistoleros en medio de un jardín lleno de niños, que no se enteran de que las balas sobrevuelan sus cabezas.

Mezcla equilibrada de dramón psicológico y de thriller heterodoxo, todo ello embutido en ese citado esquema de western urbano, este curioso Best seller es, en medio de la sequía de originalidad que arrasa al cine de acción actual, un estimable intento de búsqueda de vías nuevas. Abriendo efectivamente unas, pero desperdiciando absurdamente otras, Best seller se eleva sobre la media reinante y merece verse.