Presos y policías, condenados por sendas fugas en Valencia y Almería
Los 11 presos juzgados por amotinarse para encubrir un intento de fuga de la cárcel de Valencia, donde causaron daños por valor de más de 13 millones de pesetas, han sido condenados a penas de entre uno y seis meses de prisión. En cambio, nueve policías nacionales acusados de un delito de falsificación de documento público, en relación con la fuga de dos detenidos, han sido condenados por la Audiencia Provincial de Almería a ocho meses de prisión menor.Los presos amotinados en Valencia, en 1978, intentaron evitar con su acción que se descubriera un túnel de siete metros de longitud que cavaron para fugarse.
"A las voces pronunciadas por el interno Luis García de "motín, motín", parte de los reclusos de la cuarta galería comenzaron a alanzar al patio diversos enseres, tales como taquillas, literas, camas, bancos, sábanas, mantas, etcétera", añade. "El acusado Serafín Camacho, con el fin de no dejar entrar en aquel lugar a los funcionarios, organizó una barricada junto a la cancela de acceso al centro de vigilancia, en la que colaboraron activamente otros internos", explica el tribunal. Las fuerzas de seguridad debieron emplearse a fondo para reducir a los amotinados y evitar la fuga. En el motín intervinieron otros muchos reclusos, no identificados en su día.
Las condenas en conjunto suman algo más de tres años. El fiscal había solicitado más de 200 años de prisión para los inculpados, a quienes acusó de múltiples delitos de quebrantamiento de condena, atentado, incendio y coacciones. Las defensas habían reclamado la absolución. Varios de los 11 procesados salieron en libertad ayer, tras serles notificada la sentencia, pues no tenían más causas pendientes.
Respecto al caso de Almería, la Audiencia Provincial ha condenado a los nueve miembros del Cuerpo Nacional de Policía -otros dos han sido absueltos- por mentir en el parte que dieron a sus superiores tras la fuga, en la madrugada del 3 de enero pasado, de dos detenidos que estaban en la comisaría sin vigilancia ni esposas, y escaparon rompiendo un cristal. Los agentes justificaron la rotura del cristal por otras circunstancias ajenas a los hechos, informa Antonio Torres.
Los policías implicados fueron denunciados por la jefatura una vez que en la investigación se comprobó que las diligencias fueron alteradas. El entonces comisario jefe, Enrique Mora, comunicó la situación al fiscal, quien decidió iniciar el procesamiento de los 11 policías. Dos días más tarde éstos recibían una orden suspendiéndoles de empleo y sueldo hasta esclarecer los hechos. El ministerio fiscal solicitó nueve años de prisión.
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